En la ganadería especializada de leche es frecuente que los únicos animales que se levanten sean hembras de remplazo, por eso se debe tener mucho cuidado en este periodo pues son las hembras productivas de los próximos años.
El levante es la etapa de los animales de lechería o hembras de remplazo que va desde el destete hasta el primer servicio. Esto debe producirse cuando el animal alcance un peso equivalente al 55 o 60 % del peso adulto, señaló Ricardo Arenas, médico veterinario especialista, en un nuevo capítulo del Manual Práctico Ganadero, elaborado por Fedegán.
Arenas indicó que cuanto mejor sea el proceso de cría y levante, más rápido alcanzarán las terneras la pubertad y el peso necesario para el primer servicio y, por consiguiente, su primer parto.
En lechería especializada es ideal poder llegar al primer servicio entre 15 y 18 meses de edad, aun cuando en Colombia se está lejos de alcanzar estos parámetros como regla general. Esta edad, alcanzando el peso esperado, se logra solamente si se cuenta con una buena genética y un manejo correcto de la crianza y el levante de las hembras de remplazo.
Ese desarrollo rápido tendría como ventaja un año más de vida productiva o lo que es lo mismo, una lactancia extra, comparada con animales de la misma edad, así como una cría adicional y acelerar el proceso de selección de la ganadería. (Lea en CONtexto ganadero: Aspectos importantes en el manejo de terneras de reemplazo)
El nombre de hembras de remplazo recuerda que se está levantando el futuro del hato por lo que se debe siempre tener presente que aunque es una etapa que no es productiva, sí es donde se hacen las bases de la futura producción láctea. Por ello, se debe prestar mucha atención a este periodo, alimentando y manejando de manera correcta el lote de terneras de levante, mejorando así los parámetros productivos y la rentabilidad.
Los cuidados
Al llegar a la pubertad, es necesario aumentar el cuidado de cercas en los lotes de las hembras de levante para evitar preñeces precoces y de machos no esperados. En estas novillas jóvenes es normal y frecuente encontrar un flujo mucosanguinolento, uno o dos días después de haber pasado el celo o calor, y que se conoce como pseudomenstruación.
Se debe tener presente que el crecimiento glandular de la ubre es afectado por un exceso o deficiencia de energía en esta etapa del desarrollo, por lo que la ganancia diaria de peso recomendada para razas lecheras grandes en este periodo es de alrededor de 700 a 800 gramos por día.
En muchas producciones con ganado lechero especializado es común encontrar que después del destete los animales se lleven a pastorear en los peores potreros de la explotación, en laderas demasiado empinadas o detrás del lote de vacas en producción lo que implica una oferta forrajera de baja calidad y cantidad.
Como consecuencia de ello, las novillas alcanzan la pubertad tardíamente, el crecimiento de sus ubres es escaso y, por lo tanto, llegan a la primera lactancia pequeñas, con ubres poco desarrolladas y con mayor riesgo de presentar problemas durante el parto. (Lea en CONtexto ganadero: Cría y levante de terneras, aspectos fundamentales de la rentabilidad)
En esta época es importante pesar los animales con una periodicidad menor a la utilizada durante la cría y evaluar su condición corporal y estado de carnes comparando con el desempeño de sus compañeras, y así contar con más información a la hora de realizar la selección de los remplazos.
Es aquí donde se evalúan aspectos como la precocidad, la pubertad temprana, la fertilidad y los posibles factores fenotípicos o de conformación que permitan analizar la facilidad de parto, la aptitud lechera, la estructura de los animales y el temperamento, entre otros ítems.
Se busca levantar y seleccionar hembras de remplazo mejores que sus madres, en un corto tiempo por lo que la alimentación, el manejo y las dietas son muy importantes.