La talla del ganado es un factor importante dentro de la producción ganadera, y en el caso de la lechería tener animales más pequeños puede ser beneficioso para el negocio.
Así lo demuestra el Médico Veterinario Zootecnista Alberto Hoyos Mejía, propietario de la finca La Ruidosa, en Caldas, quien en una nota de La Finca de Hoy mostró cómo a través de un programa de mejoramiento genético logró reducir cien kilos en sus vacas, logrando así una mejor carga por hectárea sin perder productividad.
A través de la información genómica que hoy día se puede obtener de los animales se conocen datos como la talla final a la cual llegará el ejemplar. Aprovechando esta herramienta y como parte del programa de mejoramiento genético desde hace diez años se empezaron a buscar ejemplares de una talla menor pero más eficientes y productivos a nivel lechero.
Según lo señalado por Mejía esto genera más fertilidad y más precocidad, es decir los animales van a llegar más jóvenes al primer parto y eso permite mayor eficiencia en la parte de productividad.
A través del programa de mejoramiento genético que manejan en la finca se ha podido quitar un promedio de cien kilos de peso por cada animal adulto. Antes tenían allí vacas de 580 kilos aproximadamente y hoy son de 480 kilos. (Lea: ¿Por qué las vacas grandes son ineficientes y cómo hacerlas más pequeñas?)
Igualmente indicó que antes de implementar la estrategia, en la finca se manejaban 5,5 vacas por hectárea pero al disminuir los cien kilos por animal hoy están llegando a siete vacas por hectárea.
Los cien kilos menos permiten tener, aproximadamente, una vaca más por hectárea y eso significa, en el caso de este predio, alrededor de 5.000 litros de leche adicionales por hectárea en el año.
De esta manera se logran reducir los costos y aumentar la rentabilidad. Algo muy importante es que al reducir el tamaño de los animales no se ha perdido producción de leche.
El programa no se enfoca necesariamente en reducir la talla del animal sino en buscar una mejora en la talla relativa frente a la productividad lo que ha llevado a todo el ganado gyr lechero, blanco orejinegro y toros holstein a un biotipo talla media haciendo un trabajo de selección con los machos y descartando las vacas grandes.
Los toros tienen que ser negativos en talla y positivos en todos los rasgos de salud, fertilidad, adaptabilidad, precocidad, etc., y en la vacas es una observación visual, ver su talla pero también con la genómica ya se puede saber qué tan grandes van a ser. (Lea: Cuál es la importancia del tamaño que debe tener una vaca)
La precocidad de las hembras es una de las principales ventajas que han encontrado. Anteriormente la edad al primer parto era de 36 meses y ahora con una talla media se redujo a 28 meses.
La tasa de extracción del hato está entre 35 y 40 %, esto significa que de las 300 vacas que se tienen, está haciendo un recambio de alrededor de 140 vacas todos los años cuando normalmente serían 50 por lo que se va mucho más rápido que la velocidad normal de un hato.
Conociendo los múltiples beneficios que han obtenido al disminuir la talla de los animales, el ganadero indicó que el tamaño de los animales depende del medio ambiente donde se encuentre. La reducción de los cien kilos, en este caso, no fue un capricho sino a donde han ido llegando a través de un trabajo arduo y permanente.
En sistemas lecheros las vacas de mayor tamaño suelen tener, a su vez, mayores problemas de fertilidad y ser menos longevas, mientras que las de talla media cuentan con altos niveles de fertilidad, son más eficientes al tener menores requerimientos en su mantenimiento, su capacidad de conversión alimenticia es mayor y son más longevas.