Un estudio realizado por la alianza de Bioversity International y el CIAT revela que la implementación gradual y no traumática de sistemas silvopastoriles, comenzando con las pequeñas parcelas de tierra, es más efectiva.

Los planes centralizados para integrar árboles y ganado son a menudo poco eficaces en áreas remotas debido a la ambición de lograr mucho en poco tiempo.

En el Caquetá, donde se hizo parte del trabajo, se encontró que las mujeres son las principales impulsoras del cambio hacia sistemas silvopastoriles, especialmente cuando están a cargo de la tierra, por lo que juegan un papel clave en esta transición.

Igualmente se encontró que tanto hombres como mujeres valoran los árboles en sus fincas, aunque por razones distintas: las mujeres por motivos ambientales y para futuras generaciones, mientras que los hombres los valoran para proyectos de construcción futuros. (Lea en CONtexto ganadero: La incansable lucha de la mujer rural por la sostenibilidad)

En todo caso, plantea, se requieren más estudios para comprender mejor las preferencias de género en la adopción de sistemas silvopastoriles. Las mujeres, al pasar más tiempo trabajando la tierra, entienden mejor sus beneficios, como la salud del ganado.

Por eso, plantea el informe, integrar las motivaciones ambientales de los agricultores podría mejorar las iniciativas de restauración del paisaje en zonas de posconflicto.

Los investigadores analizaron más de 2.800 potreros y recogieron datos socioeconómicos diferenciados por género para incentivar la adopción de estos sistemas en zonas afectadas por conflictos.

También destaca la investigación que los sistemas silvopastoriles reducen emisiones de gases, almacenan carbono, conservan biodiversidad, y pueden aumentar los ingresos de las familias ganaderas. Sin embargo, la adopción es lenta en la zona de estudio debido a la falta de comprensión de los incentivos y los costos iniciales. (Lea en CONtexto ganadero: En Guaviare la apuestan a los sistemas silvopastoriles para contrarrestar la deforestación)

De hecho, solo el 17 % de los potreros muestran niveles básicos de implementación silvopastoril y el 7 % niveles medio-altos. Sin embargo, el 45 % de los agricultores conocen casos de éxito con estos sistemas.