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Las emisiones de gases de efecto invernadero de la ganadería no se contabilizan adecuadamente, dice documento del IICA

por: CONtexto ganadero- 31 de Diciembre 1969

La metodología utilizada para la medición de las emisiones contabiliza otras actividades diferentes a la ganadería misma y, por ende, resultan más altos de lo que realmente son.

El estudio, plasmado en el documento Ganadería bovina y cambio climático en las Américas: hacia modelos de desarrollo bajos en carbono, de autoría del científico argentino Ernesto Viglizzo, advierte que las publicaciones que atribuyen a la ganadería bovina una parte significativa de la responsabilidad sobre el cambio climático son equivocadas porque le adjudican emisiones que no le corresponden, provenientes de otros sectores de la economía, como el industrial, el transporte, el residencial, la distribución o el consumo doméstico.

La ganadería bovina tiene un impacto mucho menor sobre el calentamiento global al que se alega si se miden las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que efectivamente le corresponden, las del período de cría de animales, y se excluyen las que le adjudican, que provienen de otros sectores de la economía”, reveló un estudio presentado en el pabellón del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en la COP28.

El investigador puntualiza en el estudio que solo las emisiones de la actividad ganadera son las que deberían imputarse a las cadenas de la carne bovina. “Un productor ganadero –indica– no puede cargar sobre sus espaldas emisiones que no dependen estrictamente de sus actividades sino de otros sectores”.

Algunos países importadores de alimentos utilizan un sistema llamado de ‘Huella de Carbono’, a través del que estiman las emisiones de un producto, levantando frecuentemente barreras comerciales a productos que ingresan desde terceros países, que en el caso de la carne bovina incluyen no sólo las emisiones generadas por la producción ganadera sino las que ocurren en otros sectores, como los frigoríficos, el transporte y la distribución mayorista o minorista.

Esta metodología, que arroja un resultado muy elevado, difiere de la recomendada por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), máxima autoridad científica mundial en la materia, que imputa las emisiones a los sectores que la generan.

Sectores como el frigorífico, el transporte y la distribución, posteriores a la actividad ganadera, generan gran cantidad de emisiones, ya que consumen combustibles fósiles, responsables principales del cambio climático.

En el pabellón del IICA participaron de la presentación del documento el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Fernando Mattos; y la secretaria de Innovación, Desarrollo Sustentable, Irrigación y Cooperativismo del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil, Renata Miranda; Ruaraidh Petre, Director Ejecutivo del Global Roundtable for Sustainable Beef (GRSB) y por el IICA, El Director General, Manuel Otero, y el Subdirector, Lloyd Day –quien actuó como moderador–.

Al intervenir, el Director General recordó que la ganadería aporta la mitad del PIB agrícola de América Latina y del Caribe, que genera divisas por US$23.000 millones con la carne bovina y otros US$3.000 millones con productos lácteos.

“La ganadería en la región ha realizado importantes avances hacia la transformación de sistemas ganaderos sostenibles, con estrategias para reducir los impactos en agua, suelo y emisiones, incluyendo desarrollo tecnológico y adopción de buenas prácticas. Tenemos que demostrarlo ante los diferentes foros internacionales y eso estamos haciendo”, señaló Manuel Otero.

El documento, completo, puede consultarlo aquí:

https://repositorio.iica.int/handle/11324/21972

Los detalles de la participación del IICA en la COP28:

Soluciones Colaborativas para el Cambio Climático: https://agroyaccionclimatica.iica.int