Mientras que el fruto es una fuente de proteína con alto valor biológico para los animales como las vacas, cabras, caballos, cerdos, pollos gallinas y conejos, el árbol puede servir para construir cercas vivas. El chachafruto, Erythrina edulis, es un árbol de 8 metros de altura aproximadamente que se da bien desde los 1.200 hasta los 2.500 msnm, en departamentos como Boyacá, Cundinamarca, Santander, Tolima y Valle del Cauca. El árbol se adapta bien en altas montañas y en suelos arcillosos y drenaje deficiente. Esta especie beneficia los afluentes de agua por su fácil propagación y porque sus raíces retienen el suelo y protegen las orillas de ríos y quebradas. De acuerdo con Oscar Vidal, profesional en Capacitación y Logística del Proyecto Ganadería Colombiana Sostenible, la planta tiene 2 funciones, como cerca viva y banco de forraje. (Lea: La ecuación de la ganadería: nutrición, manejo, sanidad y genética) “Esta leguminosa tiene la ventaja de que tanto los frutos como las hojas y las ramas, se pueden cortar y suministrar al ganado”, explicó. En un trabajo de grado, los especialistas Jairo Serrano y Alejandro Pabón explican que a la hora de sembrarla muchos productores optan por la semilla y la estaca, aunque se recomienda el primer método por su mejor enraizamiento y mayor vida productiva útil. Las legumbres se recogen, se extraen los frutos y estos se dejan en agua por 24 horas. “El chachafruto se utiliza en bancos de proteína, como un suplemento alimenticio. El fruto tiene una vaina de 25 centímetros, como un fríjol, y también sirve de alimento para el ser humano”, añadió Vidal. (Reportaje: Nutrición del ganado: más que dar pastos, agua y suplementos al azar) En bancos de proteína, los semilleros se deben sembrar 3 centímetros de profundidad, separados por líneas de 10 centímetros dejando un espacio para cada una de 8. El trasplante de la planta se hace cuando alcanza los 20 centímetros de altura. El productor puede optar por ofrecer las hojas de la planta, las cuales es posible transformar en harina. Para esto, Serrano y Pabón recomendaron recolectar las hojas y dejarlas secar al aire libre. Si se prefiere, es viable llevarlas a un horno a 120 °C. Una vez se haya extraído toda la humedad, se tritura manualmente en una bolsa o costal. Esta hoja machacada pasa por un molino de martillos y se le agrega benzoato de sodio al 1 %. (Blog: 10 plantas para tener en cuenta) Hay que tener en cuenta que el rendimiento es del 20 %: de 100 kg de hoja saldrán 20 kg de harina. Sin embargo, su alto contenido de proteína bruta cercano al 25 % y la gran cantidad de carotenos que aportan son una razón importante para optar por este alimento. De otro lado, el árbol se puede aprovechar como cerca viva. En este caso, las plantas se deben sembrar cada 2 metros, sostenidas en medio de 2 postes con cuerdas de alambre. Para evitar la competencia o el entrecruzamiento de las copas, se aconseja que un árbol se deje crecer libremente para que produzca frutos y el siguiente se pode a un metro de altura. (Lea: El arboloco, un árbol que protege los pastos de las heladas)