Productores pecuarios de Colombia invierten en el sector ovino por la adaptabilidad de la especie al trópico y por las bondades que la carne de cordero ofrece para un público selecto.   En el trópico bajo del país se hallan los ovinos de pelo de línea materna y cárnica. Las 5 principales que predominan son las razas Katahdin, Santa Inés, Dorper, Pelibuey y Charollais.   Ricardo Caro, zootecnista y miembro del departamento técnico del Comité de Ganaderos del Centro y Norte del Valle del Cauca, Cogancevalle, explicó que esas 5 razas tienen fines diferentes. Las Katadhin, Santa Inés y Pelibuey se usan como animales maternos, es decir, para hacer pie de ovinos para la crianza de animales comerciales que se dedicarán a la producción cárnica.   Las razas Charollais y Dorper blanco son de línea terminal y están destinadas al consumo humano. (Lea: 3 estrategias para mejorar la producción ovina)   "Después de la línea materna se hace cruzamiento y se sacan animales comerciales de carne de cordero, que es a lo que le apuesta el país", expuso caro.   Luis Andrés García Montoya, propietario del criadero El Redil, en Cartago, Valle del Cauca, ha adquirido razas de ovinos Katadhin, Santa Inés y Doper por su múltiples bondades en maternidad y producto final.   La carne de cordero, según el productor, es de alta densidad, tierna, baja en grasa y saludable, lo que se consigue con animales comerciales, sin dejar a un lado el uso de un puro reproductor que ha sido cruzado con hembras criollas para mejorar la calidad de la proteína. Por eso, en su hato no se halla exclusivamente una sola raza; García Montoya ha aprovechado al máximo las bondades de las 3 que tiene. (Lea: Sector ovino recibe importante apoyo del Banco Agrario)   De acuerdo con el miembro de Cogancevalle, las razas han ingresado legalmente al país por medio de semen y embriones. La Katadhin es de origen norteamericano, y se ha posicionado en Canadá y méxico. La Dorper es sudafricana, la Santa Inés surgió en Brasil, la Pelibuey en Cuba y la charollais en Francia.