La suplementación mineral aporta una relación costo/beneficio reflejada en los terneros por año, mayor producción en términos de kilogramos por hectárea, menos mortalidad, menor edad en el primer parto y mayor producción de leche en términos de kilo/vaca/vida.
Así lo planteó la zootecnista de la firma Somex, Diana Canchala, durante una charla de TVAgro, donde manifestó que los animales tienen unos requerimientos de nutrientes como son la proteína, la energía, los minerales y las vitaminas pero la mayoría de las pasturas del país no cubren esas necesidades en términos de minerales como calcio, fósforo, sodio, magnesio y zinc, entre otros, que son esenciales para el buen desempeño productivo y reproductivo de los animales. (Lea: 3 aspectos a tener en cuenta en la elección de la suplementación bovina)
Por eso, dijo, se hace necesario suplementar estos minerales y la manera más fácil de hacerlo es en harina o las sales minerales como se les conoce.
La sal blanca era la forma que tradicionalmente se usaba para llevar minerales al ganado, sin embargo, a medida que ha avanzado la investigación se ha descubierto que hay otros minerales que aportan mucho al desempeño productivo y reproductivo, como es el calcio, el cobre, el fósforo, el zinc y otros que aunque en cantidades muy pequeñas hacen que el ganado cambie totalmente como es el caso del yodo, el cobalto y el selenio, explicó la profesional.
Sostuvo que la ganadería requiere de un manejo especial en la alimentación para brindar una mejor calidad de vida al animal partiendo de la salud lo cual se verá reflejado en la productividad y rentabilidad de la finca.
Hay estudios y pruebas de campo que muestran los beneficios que trae usar una sal mineralizada. Los elementos minerales constituyen del 4 al 6 % del cuerpo del animal pero debido a las diversas funciones que cumplen en el organismo son muy importantes en los procesos metabólicos del ganado. (Lea: ¿Por qué suplementar a los bovinos?)
En relación con los tejidos, los minerales ejercen unas funciones específicas y otras estructurales en las que se incluyen la formación de huesos y otros tejidos de sostén y sus funciones metabólicas como los componentes de enzimas, transmisión de impulsos nerviosos, entre otros.
Los animales también requieren minerales en el rumen para que las bacterias y protozoos que habiten en este medio garanticen la digestibilidad y aprovechamiento de nutrientes.
El calcio participa en la formación de los huesos, los dientes y la leche, cuando este mineral le falta a los animales tienen huesos frágiles y en el caso de las vacas de leche se pueden presentar cuadros de fiebre de leche.
Por su parte el fósforo es muy importante para la obtención de la energía del animal y sin ella no podría ni caminar, ni comer ni reproducirse. Es necesaria para todos los procesos productivos y reproductivos. (Lea: Consejos prácticos para suplementar)
Cuando les falta el fósforo se presentan deficiencias en la parte reproductiva, los animales no presentan celo ni calores y el toro no lo percibe y no puede montar las vacas y en consecuencia se reduce el número de crías.
El magnesio, entre tanto, hace parte de muchas hormonas del organismo y así mismo participa en la transmisión de los impulsos nerviosos es por ello que una deficiencia de este mineral se manifiesta en desórdenes reproductivos y también en algo que se conoce como tetania de los pastos o hipomagnisemia que se presenta con temblores y/o caída del animal.
A su vez el azufre es muy importante para los microorganismos ruminales, sin él no se reproducen y no se multiplican en la misma proporción con la consecuencia de un menor aprovechamiento de la pastura. Una deficiencia de azufre se ve reflejada en una menor condición corporal y un pelo opaco en los animales. Además, a este mineral se le atribuye un efecto benéfico sobre la disminución en la población de moscas y garrapatas.
A su turno el zinc es un activador enzimático. Cuando se están levantando machos participa en el buen desarrollo testicular. Cuando el macho es adulto el zinc ayuda a mantener una buena líbido.
El cobre y los demás microminerales son necesarios para ayudar en llevar la preñez de los animales a feliz término. El cobre forma parte de la queratina que da la estructura de las pezuñas y también forma parte de la hemoglobina que es formadora de la sangre. Una deficiencia de cobre se manifiesta en cojeras, anemias e incluso en diarreas severas. (Lea: Importancia de la suplementación durante la etapa de preparto)
El yodo es necesario para el adecuado funcionamiento de la glándula tiroides sin la cual no se tendría un adecuado crecimiento ni reproducción. Cuando hay una marcada deficiencia de este mineral puede presentarse el coto o bocio que es una malformación de esa glándula.
El cobalto ayuda a la adecuada multiplicación de las bacterias ruminales adicionalmente ayuda a la obtención de la vitamina B12. Una deficiencia de este mineral se manifiesta en una pobre condición corporal de los animales.
El selenio al ser un antioxidante fortalece el sistema inmunológico del ganado, ayuda a prevenir cualquier tipo de enfermedad, su deficiencia se manifiesta en retención de placenta de todas las vacas de cría.
El sodio, que lo aporta la sal de mar y es importante para que los animales mantengan su equilibrio hídrico y debe estar balanceado con los demás minerales dentro de la sal mineralizada.
Cuando un animal recibe únicamente sal blanca durante toda su vida, la calidad de la canal es inferior. (Lea: Acciones a tener en cuenta en la suplementación de vacas de cría)
En las ganaderías de levante y ceba, cuando se utiliza una buena sal mineralizada se ven menos ectoparásitos en los animales lo que representa menor frecuencia en los baños y mejores ganancias de peso lo que lleva a una duración de la ceba más corta y una mejor rotación de capital.
En las ganaderías de cría y leche los beneficios de utilizar una buena sal mineralizada se ve directamente en la parte reproductiva de los animales y, por ende, en la parte productiva, se va a tener mayor número de crías por año, mejor peso de las crías al nacimiento y al destete, menos días abiertos, menor intervalo entre partos y ello conduce a una ganadería más productiva.
El primer aspecto que se debe tener en cuenta es con qué tipo de ganado se está trabajando, es decir, si es de levante, ceba, cría, destinado a la lechería tropical o a la lechería especializada. Acorde a la etapa fisiológica y al nivel de producción van a ser esos requerimientos.
Otro punto que se debe tener en cuenta es la calidad y cantidad de las pasturas porque la sal mineralizada es un complemento a lo que le falta a la pastura.
Igualmente es importante la calidad composicional de las aguas porque ello puede llevar a tener bajo consumo de los suplementos minerales.