El periodo seco es una necesidad fisiológica de la vaca lechera y está directamente relacionado con la salud de la ubre y la producción de leche en la próxima lactancia.
En los sistemas de producción de leche se requiere de un cese en la producción de leche antes de la próxima lactancia, con el fin de que la glándula mamaria pueda regenerar el epitelio secretor y de esta forma asegurar que en la próxima lactancia la producción de leche sea óptima; este tiempo es conocido como período seco, explica Fernando Hecney Sedano Ramírez, Especialista Técnico en Salud Animal de la firma Ourofino. (Lea: Higiene y cuidados de la ubre para tener una buena producción)
Las vacas de lechería especializada y grandes productoras de leche, producen tanta leche que no se “secan” automáticamente, por lo que el ganadero debe simplemente dejar de ordeñarlas. En condiciones normales, las vacas dejarían de producir leche cuando están próximas a parir, probablemente debido a que el rápido crecimiento del ternero exige demasiada energía y la ubre necesita prepararse para el siguiente período de lactancia.
Por lo tanto, el período seco es el período comprendido entre la terminación de la producción y el siguiente parto.
Tradicionalmente se ha considerado una duración de 60 días como el tiempo óptimo para el periodo seco debido fundamentalmente a que periodos más cortos resultan en una menor producción de leche en la siguiente lactación. Así mismo, períodos menores de 45 días y mayores de 70 provocan una disminución entre el 20 y 25 % en el volumen de leche producida en la siguiente lactancia.
Sostiene el experto que las vacas que son sometidas al proceso de secado deben ser observadas y tratadas con máxima atención sanitaria. Se sabe que unos elevados casos de mastitis se adquieren durante este tiempo, generalmente todo se debe a inadecuados manejos sanitarios por eso nunca se deben secar vacas con mastitis clínica.
Una semana antes de iniciar el proceso de secado las vacas deben ser ubicadas en un potrero aparte, retirárseles el suministro de concentrados alimentarios, tales como sales minerales y granulados y darles pasto seco o semi-seco de baja calidad y agua. Interviniendo discretamente su alimentación, gradualmente se puede minimizar la producción de leche. (Lea: Conozca por qué es importante conocer el puntaje de la ubre)
Además, se deben revisar todas las vacas 15 días antes de su fecha de secado. A las que tengan mastitis clínica se les debe aplicar un tratamiento de acuerdo al resultado del análisis de laboratorio o al tipo de mastitis que se sospeche, a criterio del médico veterinario. El día del secado a las vacas con mastitis subclínica grado 3 se les aplica un antibiótico de larga acción y un tubo intramamario.
El período seco puede dividirse en 3 fases. La primera es la involución activa que es cuando las células mamarias secretoras sufren muerte celular o apoptosis, sin embargo, la producción de leche continua durante 2-3 días, la presión intramamaria es alta, baja la actividad inmune de las células fagocíticas y se aumenta el riesgo de nuevas infecciones.
La segunda fase corresponde a la involución estable que se caracteriza por ausencia de secreción de leche, ubres de bajo volumen, alta concentración de lactoferrina (Igm) y relativamente un bajo riesgo de nuevas infecciones.
La tercera es la calostrogenesis, que es la renovación celular, el comienzo de secreción de las células nuevas, acumulación de componentes lácteos, inmunoglobulinas y calostro. Se presenta una inflamación de la ubre especialmente tres días antes del parto, existe alto riesgo de nuevas infecciones por el aumento en la presión intramamaria y una disminución del sistema inmune de la vaca. (Lea: 3 aspectos para evaluar la ubre)
El objetivo fundamental del periodo seco es tener el menor número de cuartos infectados en la siguiente lactación para de esta manera asegurar una alta producción de leche. Este objetivo se consigue previniendo la aparición de nuevas infecciones y aumentando la tasa de curación de las infecciones presentes. Este periodo también busca garantizar el descanso de la glándula mamaria y la regeneración del tejido glandular productor de leche.
La época más eficaz para tratar infecciones subclínicas de la ubre es en el secado porque el índice de curación es más alto que el alcanzado por el tratamiento durante la lactancia, particularmente para el Staphylococcus aureus. Además, se puede utilizar una dosis mucho más alta de antibiótico y la retención de este en la ubre es más largo.
El período seco puede acortarse inesperadamente por variables naturales, enfermedades, concepción gemelar y/o errores de manejo. Por lo tanto, la planeación de un período seco suficientemente largo proporciona un margen de seguridad.
Así, si una vaca pare antes de la fecha esperada, todavía tiene la oportunidad de una duración razonable del período seco, lo que le permite la proliferación de suficientes células epiteliales para garantizar la producción de leche después del parto.