Estos tres elementos son esenciales para tener una actividad productiva eficiente. La sanidad del hato es fundamental y para ello se debe tener un programa sanitario completo que contribuya al bienestar de los animales y a que se encuentren en las mejores condiciones para que así mismo produzcan.
La sanidad del hato es un conjunto de prácticas que garantizan el beneficio buscado mediante la adecuada implementación de programas de prevención y control, basándose siempre en la continua búsqueda de la disminución del impacto económico que tienen las enfermedades sobre los sistemas productivos.
La sanidad debe influir de una manera positiva en la productividad de las explotaciones al reducir los efectos negativos de una producción que presenta enfermedades, según lo plantea Nury C. Vargas, MV Especialista Sanidad Animal.
Plantea en infortambo, que la ganancia radica en la educación continuada de productores y trabajadores al establecer programas de prevención, ya que el conocimiento pertinente de cada enfermedad es la base del éxito en los programas sanitarios y por lo tanto en la sanidad del hato.
Los aspectos de manejo sanitario permiten implementar esquemas de medicina preventiva, orientados a la reducción de las pérdidas ocasionadas por la enfermedad y enfocados a incrementar los índices de producción y reproducción. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Qué debe contener un plan sanitario?)
Además, el desarrollo de las Buenas Prácticas Ganaderas con énfasis en la sanidad animal contribuye a mejorar el funcionamiento integral de las explotaciones ganaderas las cuales buscan asegurar la calidad e inocuidad desde la producción primaria hasta finalizar la trazabilidad del producto buscado ya sea carne o leche.
Requerimientos mínimos
De igual manera indica que todos los sistemas de producción bovina ya sean lechería, cría, levante o engorde deben contar y cumplir con unos requerimientos mínimos para llevar a cabo un manejo eficiente de la ganadería.
Entre estos requerimientos está la limpieza y desinfección de instalaciones, nutrición, control de calidad en el consumo de agua, manejo de parásitos internos y externos, y primordialmente implementación de los programas sanitarios de control de enfermedades junto con la capacitación del personal el cual debe encargarse de que estos requerimientos sean ejecutados de la manera correcta.
También señala que uno de los factores que se pasan frecuentemente por alto es la calidad del agua, la cual es determinante fisiológica y sanitariamente en la presentación y control de enfermedades. El consumo deberá ser a voluntad o como mínimo de 2 a 3 veces al día, debe ser fresca, sin olor o sabores desagradables y sin sustancias tóxicas o microbios. Las fuentes de agua deben ser limpias. (Lea en CONtexto ganadero: La importancia de contar con un plan de vacunación en su ganadería)
Una buena nutrición
Igualmente, el programa de nutrición juega un papel fundamental en la disminución de la presentación de enfermedades metabólicas y carenciales, también es fundamental en los fenómenos de inmunidad de hato. En relación a una excelente nutrición es fundamental asegurar el consumo de forrajes y sales mineralizadas. La suplementación mineral oral tiene como objetivo satisfacer las necesidades de mantenimiento y producción, o prevenir deficiencias minerales.
La suplementación mineral inyectable es la nueva herramienta estratégica para satisfacer los requerimientos que no son cubiertos por vía oral previniendo el estrés oxidativo en los períodos críticos del ciclo productivo y reproductivo de los animales. Cuando los minerales ingresan por vía parenteral se transfieren desde el lugar de la inyección al torrente sanguíneo, llegando a los diferentes órganos y tejidos. Muchos de ellos son captados por el hígado y redirigidos de manera más segura.
Así mismo, sostiene la profesional, uno de los problemas sanitarios más evidentes en las ganaderías son las parasitosis, un problema frecuente cuando no se tienen en claro el tipo de parasito, las estrategias de control ni el ciclo de vida del mismo para así tomar las medidas correspondientes tanto en medicación preventiva y profiláctica como en baños.
En todo establecimiento ganadero se deben implementar programas sanitarios donde se contemplen las acciones previstas en materia de sanidad animal (vacunaciones y tratamientos). Estos programas contribuyen a disminuir la incidencia de las enfermedades virales e infecciosas.