Más pasto produce mayor almacenamiento de C en el suelo. Y se gana en producción de carne, señala investigadora de Embrapa
“Trabajar con más pasto conduce a producir aún más pasto y producir más carne, pero a la vez conseguimos una reducción relativa en las emisiones y un aumento en el almacenamiento de carbono del suelo”.Así lo señaló Cristina Genro, investigadora brasileña de la Empresa Brasileira de Pesquisa Agropecuária (Embrapa), en un Encuentro de Ganaderos del Pastizal realizado en octubre de 2017, pero que es un concepto que hoy cobra mayor vigencia.
Genro desafió desde el título de la charla: “Una nueva mirada sobre las emisiones de gases de efecto invernadero en la ganadería de la Pampa gaucha”. (Lea: Estudio demuestra que buena gestión del pastoreo captura más carbono)
Genro mostró las investigaciones realizadas en la Embrapa a partir de la creación de una red para evaluar la emisión de los diferentes biomas brasileros, entre ellos el Bioma Pampa que ocupa cerca del 9% de la superficie de Brasil y allí predomina la actividad ganadera. Además, se evaluaron los efectos de la Amazonia, Caatinga, Cerrado y Pantanal.
Con los resultados de esa investigación se ajustaron los valores planteados por el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (Ipcc) que hasta ahora hablaba de que “el 16% de la producción de gases de efecto invernadero del mundo provienen de la ganadería”.
La prueba
El organismo brasileño se propuso una estrategia a tres niveles para evaluar emisiones de los animales y el complejo suelo-plantas: un primer nivel es el ajuste de carga, con 12 kg de materia seca ofrecida por cada 100kg de peso vivo animal.
Un segundo nivel incluye además el aporte de Nitrógeno: 50 kg en otoño y 50 kg en primavera (en forma de fosfato de amonio o urea).
La tercera intervención ha sido una intersiembra con raigrás y trébol rojo como especies invernales, apuntando a una mejora en la calidad ya que se parte de campos con muy poco aporte invernal.
Bajo estos tratamientos fue posible multiplicar por 3,7 los 70 kg de peso vivo producido por hectárea en sistemas tradicionales de Rio Grande únicamente con un manejo del pastoreo basado en el ajuste de carga.
El aporte de Nitrógeno sumado al ajuste de carga permitió un resultado seis veces superior al sistema tradicional, mientras que las tres medidas juntas permitieron un resultado ocho veces superior.
Bajo estos tratamientos se colocaron dispositivos temporalmente en los animales para medir las emisiones metano. En cuanto a las emisiones producidas bajo los diferentes tratamientos, el resultado fue similar por animal.
Pero lo relevante es que el metano por kilo de peso vivo fue descendiendo desde 8,9 kg Coeq /kg PV/ha en el primer tratamiento, pasando a 6,7 y finalmente descendiendo a 4,6 para la suma de los tres tratamientos.
Complementando el estudio, se midieron emisiones de óxido nitroso, óxido de carbono y metano del suelo-planta producidas en el primer metro del perfil.
En cuanto a óxido nitroso y metano, se observó que lo que se está emitiendo es mucho menor que lo que es capturado, aspecto que se potencia cuando el campo está bien manejado y con un buen desarrollo radicular ya que las raíces están muy asociadas con el almacenamiento de carbono.
Se planteó también que el IPCC utilizó valores no específicos de la región dado que anteriormente no se disponían.
Otro factor mencionado por la especialista son las orinas y las heces, a las que el IPCC atribuye 2% de las emisiones pero que en ganadería sobre pastizales naturales de la región representa valores muy inferiores.
Un aspecto comentado por la expositora a través de una consulta del público es que la cantidad y momento de fertilización es importante para que el nitrógeno no produzca un efecto eventualmente contraproducente en el carbono del suelo.
Fuente: noticiasagropecuarias.com ver enlace aquí