En un animal, se debe diferenciar entre el valor genético, que se refiere a su capacidad de producción, y su capacidad de transmisión, que es igual a la mitad de su valor genético. Una vez nacen las crías, hay que respetar estos cuidados cuando tienen mayor valor que los progenitores.

La capacidad de transmisión se refiere a las cualidades que un toro o una vaca pueden dar a sus futuras crías. En el cruce, un animal solo transmite la mitad de sus genes a los descendientes. (Lea: La importancia del toro puro en el mejoramiento genético de la cría)

Para estimar este valor, se utilizan 4 fuentes de información: el animal, sus antecesores, sus parientes colaterales y su descendencia. En el caso de vacas productoras de leche, se evalúan características como la producción y la sanidad de ubre, la conformación o la longevidad.

Otros aspectos son la fertilidad (fecundación, intervalo entre partos, primera inseminación) y las condiciones de parto, así como rasgos funcionales que incluyen temperamento, persistencia de la curva de lactación y condición corporal (entre los que están patas y talones).

Existen organismos, como L’Institut de L’Elevage en Francia o el centro de cálculo w.V. (VIT) en Alemania, que determinan cuál es el valor genético de los toros que se incluyen en catálogos de material seminal. (Lea: ¿Cómo se logra la calidad en un buen calostro?)

Cuando un ganadero emplea esta genética, su propósito es mantener a las crías con mejores cualidades para que a su vez tengan descendientes más conservados, como señaló Jorge Botero, médico veterinario de la empresa Dairy Tech en Colorado (Estados Unidos).

“Cuando usted usa semen y tiene una cría de mejor valor genético que la madre, usted tiene la misión de mantener al animal sano la mayor parte de su vida para que sea más productivo y rentable, empezando por un manejo adecuado del calostro”, manifestó.

También enumeró otros criterios que se deben seguir para lograr este propósito, como la disminución de exposición a los patógenos y una excelente nutrición para lograr su óptimo rendimiento. (Lea: Consejos para hacer mejoramiento genético en sistemas doble propósito)

Así pues, si bien potencial genético de un animal se expresará de forma diferente en función de las condiciones ganaderas, es importante preservar el valor del ternero. Si se cumplen los requisitos enunciados por Botero, “cuando el animal llegue a etapa de producción, va a ser mejor que sus progenitores”.