Cada vez que se va a suministrar un producto nuevo al ganado, es importante tener en cuenta un lapso prudencial para ensayar los efectos de manera paulatina. Con esto se pueden evaluar los beneficios en la productividad, así como también prevenir respuestas negativas en los animales.
Jorge Ramos, zootecnista de la Universidad Nacional y gestor ambiental de la Escuela Superior de Administración Pública (Esap), explicó por qué debe haber un periodo de acostumbramiento antes de ofrecer cualquier suplemento a los bovinos, o cuando se hace un cambio en la dieta.
“El nutriente o el aditivo nuevo que se va a dar al animal puede afectar la flora microbiana o su metabolismo, causando desarreglos digestivos en el organismo del bovino”, indicó. (Informe: Dietas alternativas para alimentar al ganado en esta época de sequía)
El periodo de acostumbramiento comienza con el suministro de raciones pequeñas que se van a incorporando a la dieta en un lapso de “por lo menos 15 días” hasta aumentar al límite del alimento o suplemento que se va a añadir a la dieta.
Ramos recomendó realizar este ejercicio con todo tipo de alimento (concentrado, aditivo, suplemento, sal mineralizada), cuando el animal en su etapa productiva nunca lo ha consumido y es la primera vez que se le ofrece.
“De esta manera, se evitan riesgos, se pueden observar reacciones en el animal y se puede ver en el tiempo el impacto que tiene el ingrediente”, añadió el experto. (Lea: Ayúdele a los animales en la selectividad del forraje que consume)
A pesar de que el periodo de acostumbramiento debería ser una práctica habitual, el zootecnista aseguró que son muy pocos los ganaderos que lo aplican en sus explotaciones, por factores como la falta de tiempo y la urgencia de conseguir resultados pronto.
“Desafortunadamente, la implementación de nuevos alimentos se hace a golpe. Cambian el concentrado de un día para otro y eso causa desarreglos porque el anterior pudo contener altos niveles de almidón y de fibra, entonces la flora microbiana que hay en el rumen es especializada para ese suplemento, y llega otro que puede tener otros componentes diferentes, que generan impactos no deseados”, señaló.
Esto puede ocasionar baja condición corporal, caída en la producción de leche, problemas reproductivos y gastrointestinales (como diarreas), que los productores atribuyen al producto y no a las fallas en el manejo. (Lea: 5 principios de aprovechamiento de los forrajes)
Ramos dio algunas indicaciones de la cantidad de alimento que se puede ofrecer en este periodo, aunque la ración depende no solo depende del tipo de comida sino de la dieta que se haya implementado en cada explotación pecuaria.
Por ejemplo, para dar un concentrado (granos) a un animal habituado al forraje, se puede iniciar con medio kg en la mañana y otro medio en la tarde en los 2 ordeños. En cambio, si se trata de una sustitución, se debe reducir paulatinamente el primero e ir aumentando el segundo, comenzando por un 1/4 de la porción, a la segunda semana se cambia la mitad, y en la tercera se reemplaza totalmente.
El zootecnista reiteró que para que haya un cambio total en el rumen, este procedimiento tarda entre 8 y 12 días. El acostumbramiento arranca desde el primer momento que se da el primer bocado, pues la flora microbiana ya empieza a hacer el cambio.
Para más información y una explicación detallada para su propio hato, puede consultar con el experto al correo asezoorias@gmail.com.