Como se ha dicho en repetidas ocasiones, la identificación animal ha dejado de ser un lujo y se convirtió en una obligación para todos los hatos ganaderos. Aquí le explicamos cómo funcionaría el programa para la leche y sus derivados. Un sistema de trazabilidad permite conocer el histórico, la ubicación y la trayectoria de un producto gracias a una serie de procedimientos preestablecidos y autosuficientes. Se divide en 2: interna y externa. La interna hace referencia a los datos propios de una empresa, que maneja aspectos como la composición del producto, su manipulación, las máquinas que se usan para elaborarlo, entre otros. Mientras que la externa añade otros datos para hacer pública la información interna. (Lea: Trazabilidad recibe poca atención en el país a pesar de su importancia) En 2004, se creó el Sistema Nacional de Identificación e Información de Ganado Bovino, para trazar el inventario nacional. En esta época, la tarea le correspondió a la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán. Sin embargo, en 2013, se sancionó una nueva ley de trazabilidad bovina, que le entregó el programa de identificación al Instituto Colombiano Agropecuario, ICA. Desde ese entonces, los avances en la trazabilidad bovina han sido escasos. Así lo han expresado los productores del país, como Mariano Restrepo Flórez, presidente de la Asociación Regional de Ganaderos del Norte, Asoganorte, agremiación ubicada en Yarumal. El dirigente aseguró que el programa IdentifICA se quedó “sin doliente”. “El ICA tiene la responsabilidad de identificar entre 22 y 23 millones de cabezas de ganado y no hemos logrado ni el 10 %. Uno no ve una política decidida y definitiva de poder lograr identificar todo el hato nacional”, manifestó. (Lea: 5 quejas de ganaderos sobre sistema de trazabilidad animal IdentifICA) Aunque reconoció que la trazabilidad es más fácil para los productos cárnicos que para los lácteos, Restrepo Flórez insistió en su aplicación, sobre todo porque son más numerosas las ganaderías de lecherías especializadas certificadas en Buenas Prácticas Ganaderas, BPG, que las de carne. Por ejemplo, Ricardo Álvarez, líder de la Asociación de Productores de Leche de Chocontá, Aprolecho, señaló que los ganaderos de esa región se han esforzado por cumplir los requisitos del ICA en cuanto a BPG y hatos libres de brucelosis y tuberculosis. “Con el programa IdentifICA tenemos la posibilidad de hacer seguimiento a nuestros animales en diferentes sitios. Adicional a eso trabajamos en la certificación en BPG, lo que nos garantiza que nuestros bovinos cumplan con los términos de sanidad animal para dar un buen inicio a la trazabilidad de nuestra leche”, manifestó. Así pues, a lo que le apuntan los productores de Chocontá como del resto del país es a cumplir con los requisitos de infraestructura como salas de ordeño y establos fijos, de alimentación y de uso de medicamentos veterinarios. (Lea: Trazabilidad animal hace 10 años era un lujo, hoy es una obligación) Aquí se hace el primer registro de trazabilidad, que consiste en la identificación del animal con una chapeta o microchip, en la cual se consigna toda la información del manejo que ha tenido durante toda su vida ylos medicamentos que ha consumido. Por su parte, las plantas receptoras del lácteo deben tener un laboratorio para medir hacer mediciones cualitativas y cuantitativas, además de contar con equipos adecuados para el recibimiento y enfriamiento de la leche. En la recepción se hace el segundo registro de trazabilidad. Aquí se observan informaciones como el lote o código de identificación de la cisterna de la cual procede la leche, su cantidad, el código del proveedor, la fecha de recepción y caducidad, y los resultados de los análisis. Luego se somete a diferentes sistemas de procesamiento. En primer lugar, se hace la filtración para eliminar las partículas más grandes. Luego se desnata, esto es, se retira la materia grasa y se normaliza el contenido graso de la leche. A continuación se somete al tratamiento térmico de pasteurización, esterilización o UHT. Después se refrigera y se envasa para conservar el producto en condiciones asépticas para ser distribuido. Todos estos parámetros sirven para la trazabilidad de la producción. Finalmente, se procede a la distribución, el cuarto registro de trazabilidad, con el cual se puede rastrear en datos como la fecha y hora de salida del producto, la cantidad, el lote y cisterna de origen, datos del distribuidor, datos del cliente y fecha de caducidad. No hay que olvidar, sin embargo, que todo comienza por la plena identificación de las reses en los hatos ganaderos. (Lea: La trazabilidad es la visa para ingresar a nuevos mercados) “La identificación es la cédula de las vacas, como la cédula nuestra. Mientras que no alcancemos logros importantes en este tema, es muy complicado que nosotros vayamos en tener un país fuerte en el sector lácteo y que podamos salir al mercado internacional a decir que somos competitivos y eficientes”, sostuvo Restrepo Flórez.