Uno de los mayores problemas en la producción ganadera, es sin duda, la alimentación, ya que en ocasiones existe una escasa disponibilidad de forrajes nativos, además de su baja calidad que afectan el consumo y la digestión.
Esta situación se presenta en los diferentes países y por eso, según lo plantea Patricia Rodríguez Santillán, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Nuevo León (México), en un artículo publicado en ganadería.com, es necesario conocer el valor nutritivo de estas fuentes alimenticias para rumiantes, y más, si son considerados desechos, como es la hoja caída de arbustivas (Hojarasca) para su aprovechamiento como alternativa para la dieta de los bovinos.
A la hora de formular una dieta para rumiantes, el problema mayor es la determinación del valor nutritivo de los componentes utilizados. Los recursos forrajeros disponibles deben proveer nutrientes adecuados para un número de animales en pastoreo, manteniendo o mejorando el recurso. Actualmente, existe la necesidad de utilizar piensos que tienen una alta proporción de nutrientes digeribles convertibles a los productos comestibles de origen animal y que sea accesible, como lo es la hojarasca. (Lea: Pautas para mejorar la calidad de los suelos de su predio)
Debido a su alto contenido de proteína cruda (11.5%) bajo fibra detergente neutro (40.8%), bajos niveles de taninos, debido quizá por lixiviación (0.6%) y alta energía metabolizable (10.5 MJ/kg MS), así como alta digestibilidad in vitro (63%), la hojarasca es fuente de nutrientes para los rumiantes, tales como bovinos.
Este estudio demuestra que el contenido de fibra detergente acida encontrado (28.8%) está dentro del rango óptimo ya que valores altos (más de 60) indican un alimento de baja calidad y menores de 22% provocan problemas digestivos (rumen) ya que es un indicador de la disponibilidad de energía de la dieta.
En un trabajo realizado en México se hizo un análisis mensual, durante un año, del valor nutricional de las muestras de hojas de hojarasca que fueron colectadas de 2 sitios del noreste de dicho país, donde se determinó: la composición química, la digestibilidad verdadera “in vitro” de la materia orgánica, la producción de gas “in vitro”, la energía metabolizable (la que aprovecha el animal) y la proteína microbiana. (Lea: El ganado en pastoreo ayuda a mitigar incendios según investigación)
Es por esto, que los valores químicos y de digestibilidad encontrados en este estudio pueden indicar que la hojarasca del matorral espinoso Tamaulipeco puede tener un uso potencial como un ingrediente funcional en la alimentación para rumiantes, por su buen contenido de proteína cruda, para cubrir requisitos de mantenimiento, niveles de fibra detergente neutro, que son suficientes para el mantenimiento de la función del rumen, para estimular la masticación, rumia y establecer el pH ruminal óptimo que puede permitir la fermentación ruminal adecuada y como fuente de energía en el período seco del bovino.
La posible inclusión de la hojarasca del Matorral Espinoso Tamaulipeco como un ingrediente funcional, por los nutrientes que aporta en una dieta para los rumiantes contribuye a una ganadería más sustentable. La valoración de estos recursos o su incorporación, mediante sistemas que tengan una interpretación integral, permiten la diversidad de opciones amigables con el ambiente, económicamente viables y con posibilidades de un fuerte impacto social, porque además, propicia la presencia de flavonoides en productos como la leche y carne, lo que permite una función antioxidante en la misma y en el humano que la consume.
Además, contribuye a la protección frente a ciertas enfermedades en las que hay una excesiva producción de radicales libres (ROS), como cáncer, diabetes, trombopatías, Alzheimer y otras no menos importantes.
El Matorral Espinoso Tamaulipeco contiene una gran diversidad de especies arbustivas como son: Gavia (Acacia amentácea), Huizache (Acacia Farneciana), Granjeno (Celtis pallida), Anacahuita (Cordia boissieri), Tenaza (Havardia pallens), Chapote blanco (Dyospiros palmeri), Vara dulce (Eysenhardtia polystachya), Retama (Parquisonia aculeta), y Panalero (Forestiera angustifolia).