Así lo afirmó Marty Smith, ganadero de quinta generación en Florida (Estados Unidos) y director de la Asociación Nacional de Ganaderos de Carne (NCBA por siglas en inglés) en 2020. Según él, los ganaderos en EE. UU. ya vienen trabajando desde hace años para ser más sostenibles.

En la actualidad se desempeña como presidente del Grupo de Trabajo de Objetivos de Sostenibilidad de la NCBA. También es abogado y dirigente de la granja Smith Brothers-Wacahoota LLC, una operación que se remonta a 1852.

“Mi familia ha estado operando un rancho de ganado en el centro de Florida de manera continua durante casi 170 años”, comenzó relatando el productor. (Informe: Así es como la ganadería sostenible contribuye a la conservación del agua)

Smith continuó diciendo que desde que el ganado ha poblado el estado de Florida desde que Ponce De León desembarcó en estas costas y durante 500 años, ha hecho parte esencial de un legado que los productores están orgullosos de continuar.

“El presidente Biden ha dejado en claro que el cambio climático será un tema fundamental de esta administración, y los productores de ganado queremos aprovechar esta oportunidad para contar la excelente historia que tenemos para compartir”, indicó.

El propósito de Smith es cambiar la idea según la cual la actividad pecuaria y la sostenibilidad no pueden mezclarse, que las operaciones de él y millones de ganaderos no pueden durar. Por eso, decidió aventurarse a decir por qué sí son compatibles.

En primer lugar, sostuvo que “los agricultores y ganaderos son los conservacionistas originales” y que las decisiones que toman diariamente en la finca buscan la sostenibilidad ambiental. (Informe: ¿Por qué vale la pena hacer ganadería sostenible?)

“Si no consideran continuamente factores como la salud del suelo y el secuestro de carbono, la gestión del agua y la escorrentía, el control del polvo y la captura de metano, entonces no podrán criar animales sanos y permanecer en el negocio”, apuntó.

Defendió que los ganaderos de hoy en día están produciendo más carne de mayor calidad con menos recursos. En los últimos 30 años, para producir una libra de carne de res, la cantidad de tierra usada ha disminuido 33 %, la cantidad de agua, 12 %, y la huella de carbono, 16 %.

Si bien los productores merecen reconocimiento por las prácticas y tecnologías sostenibles, el crédito también debe ir al ganado, que consume una dieta casi 90 % incomible para los humanos, reciclando el forraje en proteínas ricas en nutrientes para alimentarlos.

La acción natural del pastoreo y el pisoteo fortalece los sistemas de raíces profundas de los pastos nativos, haciendo que nuestros pastizales sean más resistentes a la erosión, mejorando la capacidad del suelo para almacenar carbono, fomentando la biodiversidad y más.

Como rumiantes, los bovinos también juega un papel integral en el ciclo del carbono. Cuando comen pastos, emiten metano a través de eructos como parte de su proceso digestivo. En 10 años, más del 90 % de ese metano se combina con el oxígeno en la atmósfera y se convierte en dióxido de carbono. Luego, este es absorbido por los pastos a través de la fotosíntesis, que son consumidos por el ganado, y el proceso comienza de nuevo.

Además de administrar nuestros recursos naturales y liderar el mundo en la producción de carne de res ambientalmente sustentable, los ganaderos también se enfocan en mantener y construir operaciones que sean económicamente sustentables.

Cuando las granjas y ranchos ganaderos no pueden generar ganancias y permanecer en el negocio, los impactos en nuestro medio ambiente son de gran alcance. (Lea: Conozca cómo la sostenibilidad se convierte en una oportunidad para los productores)

Esto sucede cuando las tierras son utilizadas para construcciones o carreteras, reemplazando los terrenos naturales. De acuerdo con Smith, los propietarios de vacunos “estamos arraigados en una orgullosa historia, pero avanzamos constantemente”.

Por ejemplo, puede que el propietario de ganado de hoy monte a caballo para recorrer su finca, pero tiene una tableta a la mano, aprovechando la tecnología agrícola de precisión para reducir el impacto ambiental y mantener la más alta calidad en su producto.

Y concluyó diciendo: “La industria de la carne de res estadounidense es sostenible, pero la actual falta de diálogo y entendimiento entre los productores de ganado y los legisladores no lo es”.