Así lo preguntó el columnista Eric Barker en Beef Central a raíz del regreso de la tendencia de culpar a la producción de carne del cambio climático. A pesar de que muchos científicos han defendido de que no se pueden equiparar las emisiones de la ganadería con las de los combustibles fósiles y otras industrias, la opinión pública y los medios insisten en ello.
Como explicó, en los últimos meses ha vuelto a sonar con fuerza la muletilla “la carne de res es mala para el medio ambiente”, con los medios de comunicación y los gobiernos haciendo grandes afirmaciones sobre la huella de la industria.
Nueva Zelanda, los Países Bajos e Irlanda han legislado sobre emisiones agrícolas en lo que podría vaticinarse como una reducción en el número de cabezas de ganado. A su vez, muchos artículos en medios están apoyando esta disminución, con mensajes de “la carne de res es mala” que parecen aceptarse como un hecho.
Un artículo reciente de The Guardian afirmó que evitar la carne y los productos lácteos era la forma más importante para que los lectores redujeran su impacto ambiental, mientras que otro en The Washington Post señaló que la carne de res estaba entre los mayores emisores del mundo.
“Si el ganado fuera un país, sería el tercer mayor emisor, solo detrás de China y Estados Unidos”, indicó este artículo, citando al Instituto de Recursos Mundiales como su fuente. El artículo abogaba por reducir el consumo de carne de res y reemplazarla con carne de cerdo.
Sin embargo, como anotó Barker, “la comparación con las emisiones de EE. UU. y China omite algunos detalles significativos sobre la forma en que funcionan las emisiones del ganado”. (Crónica: “El secreto es trabajar con la naturaleza, no pelear con ella”: Disney Baquero)
Científicos como el profesor de la Universidad de Oxford Myles Allen y el profesor de la Universidad de California Davis Frank Mitloehner han argumentado durante mucho tiempo que es injusto poner las emisiones de metano del ganado al mismo nivel de las emisiones de los combustibles fósiles.
En pocas palabras, ambos científicos señalan que la capacidad del metano del ganado para descomponerse en la atmósfera y ser capturado por los árboles y el suelo en la tierra en la que pasta significa que debe contabilizarse de manera diferente a las emisiones de combustibles fósiles.
El profesor Allen manifestó recientemente a una investigación del gobierno irlandés que el enfoque se ha alejado de las contribuciones al calentamiento, señalando que si se midiera el impacto del sector agropecuario en la temperatura global en lugar de la huella de carbono, el resultado sería diferente.
El periodista resaltó que el artículo de The Washington Post admitió que la industria de la carne vacuna tenía sus aspectos positivos, pues el ganado convierte el pasto en alimento humano de alta calidad y son la mejor alternativa de obtener alimentos de tierras no aptas para cultivos, así como pueden mejorar la salud del suelo y secuestrar carbono.
“Pero no pueden secuestrar suficiente carbono para compensar lo que emiten sus sistemas digestivos y el costo de los gases de efecto invernadero de la deforestación que es impulsada principalmente por la creciente demanda de carne de res”, sostiene la publicación.
Esto ha sido cuestionado, pues como indica Meat & Livestock Australia, la industria no necesitará una reducción en los números para alcanzar el objetivo de carbono neutral para 2030, y el profesor Mitloehner ha dicho varias veces que las emisiones del ganado se pueden reducir sin reducir el ganado.
Recientemente, un estudio en Australia señaló que una propiedad en Queensland está secuestrando 50 kg de carbono por 1 kg de carne de res, con emisiones de metano incluidas en el cálculo. (Lea: Un kilo de carne vacuna puede secuestrar 50 kilos de carbono según un estudio en Australia)
Aunque son resultados preliminares de la segunda etapa de un programa de carbono del suelo, para la compañía Carbon Link, vinculada a la firma de ganado extensivo RCS, superaron las expectativas. La investigación actualmente está siendo revisada por un regulador independiente.
La industria de la carne de res ha reconocido abiertamente que existen preocupaciones en torno a las emisiones del ganado y han dicho que las emisiones son un problema que debe abordarse. (Lea: La ganadería sostenible es clave para frenar la deforestación en Amazonas)
A juicio del columnista, “algunos medios muestran poco interés en buscar la historia completa y les resulta fácil simplemente aceptar el mensaje de que ‘la carne de res es mala para el medio ambiente’ sin desafío ni verificación de hechos”.