Una empresa familiar está marcando la diferencia con su enfoque en la trazabilidad y profesionalización del sector cárnico.

Alvaro José Sierra Henao, cofundador y gerente de ‘De la Sierra’, compartió con CONtexto Ganadero cómo nació su empresa y la evolución que ha tenido desde la ganadería tradicional hasta convertirse en una comercializadora que ofrece calidad. También habló sobre su visión acerca de la trazabilidad en la ganadería y los aspectos que se deben tener en cuenta para realizarla.

El origen de ‘De la Sierra’

‘De la Sierra’ se fundó con el objetivo de agregar valor a la producción ganadera tradicional. Sierra Henao explicó: "Queríamos agregar valor, así que empezamos a vender carne pero empacada al vacío, expertos en cortes, ofreciendo una carne con trazabilidad y con una profesionalización del sector. En Colombia tenemos muy buen producto, muy buena carne, pero hace falta darle el trato que se merece. Queremos impulsar el mercado de la buena carne".

La trazabilidad: Un valor añadido

La trazabilidad es un componente esencial en la propuesta de "De la Sierra". Sierra Henao destacó que, aunque el objetivo es lograr una trazabilidad completa, actualmente manejan una semitrazabilidad que permite certificar al consumidor de qué finca proviene el ganado, cuál fue la alimentación y claramente, las vacunas administradas. "Podemos garantizar en qué fincas se cebaron los novillos y en qué condiciones, pero aun no podemos certificar con todos nuestros proveedores donde nacieron esos novillos o el origen de todos los destetos", explicó.

Esta semitrazabilidad aporta un gran avance en comparación con las prácticas tradicionales, que no ofrecen este nivel de información. La trazabilidad se convierte así en una herramienta valiosa no solo para garantizar la calidad, sino también para educar al cliente sobre el origen y el proceso de producción de la carne que consume, aseguró Sierra.

El desafío económico de la trazabilidad

Uno de los mayores retos que enfrenta ‘De la Sierra’ es lograr que los consumidores paguen el valor agregado por tener carne trazada. Certificarse como productor sostenible, por ejemplo, puede costar entre 6 y 12 millones de pesos. "Muchas veces el ganadero cumple los requisitos como productor sostenible, pero gastar ese dinero sin una retribución económica es muy difícil. Si el consumidor no le está pagando más, es muy difícil que el productor lo haga", señaló Sierra Henao.

La profesionalización del ganadero

Sierra Henao subraya la importancia de que el ganadero se vea a sí mismo como un empresario del campo. "En una ganadería hay que tener buenas prácticas, hacer seguimiento de la información, cuidar las finanzas. El consejo para el ganadero es que la vea como una empresa, y hoy en día las empresas hay que llevarlas de manera profesional", afirmó.

No obstante, reconoce que la informalidad y la falta de educación son grandes obstáculos para la competitividad. Muchos ganaderos requieren de acompañamiento para adoptar mejores prácticas y procesos que les permitan acceder a mercados más exigentes y rentables.