Invertir en vacas de razas productoras de leche de calidad es algo que vale la pena y que deja buenos dividendos, según la experiencia de José Dioselino Gutiérrez, un campesino del municipio de Moniquirá (Boyacá), que con animales holstein y gyr ha logrado buenos resultados.
En estos momentos tiene una producción de 320 a 340 litros diarios con 20 vacas con un promedio de 16 a 17 litros cada una, cuando anteriormente contaba con unos animales que no pasaban de tres litros.
Para llegar a los rendimientos que ahora tiene se necesitaron ocho años de cruzamientos entre vacas holstein y gyr y desde hace tres años agregó otra raza para los cruces que fue la rojo sueco.
Su premisa de trabajo es que si se quieren obtener ganancias es imprescindible estar dispuesto a hacer inversión. (Lea: Cruce gyr-holstein aumenta producción en más de 4 litros)
Tener muchas vacas no significa, necesariamente, tener mucha producción de leche como lo indica Gutiérrez, quien en sus diez años de experiencia como ganadero ha aprendido que cantidad no es sinónimo de calidad y abundancia.
La falta de inversión ocasiona pérdidas de dinero, tiempo, forrajes y mano de obra en vacas que no son capaces de responder con una cantidad significativa de leche o que al menos compense los esfuerzos y sacrificios realizados a diario, indicó.
Este productor llegó a la ganadería después de haber dedicado gran parte de su vida al cultivo de la caña, sector que dejó atrás por tema de precios, incluso al principio tuvo que endeudarse para tener sus primeros animales pero recuperó ampliamente la inversión.
Según lo expuesto por Gutiérrez las mismas vacas dan para su comida (la de los animales) y otros gastos necesarios para su bienestar.
Ahora su énfasis está en la trihibridación y aunque se declara incrédulo de algunos avances tecnológicos el mayor logró lo alcanzó mediante la inseminación artificial. (Lea: Con holstein y gyr, se logran buenas producciones de leche en el trópico bajo)
A la inseminación llegó por un accidente ocurrido con su toro reproductor que lo mató un rayo y entonces para preñar las vacas que tenía debió recurrir a las pajillas.
Según señala la pajilla es incierta se pueden gastar hasta cuatro en una vaca y no hay nada seguro por lo que se pierde plata.
Sin embargo, y a pesar del avance obtenido con la inseminación su fe en la monta natural se mantiene. En estos momentos cuenta con dos toros puros uno de la raza gyr y otro rojo sueco aunque ambos son todavía muy jóvenes porque están de 16 meses y debe esperar hasta los 20 por lo que por el momento trabaja con inseminación.
Los dos toros ya pastorean con las vacas que están en producción y al igual que ellas reciben suplementación diaria con un kilo de concentrado por animal.