Los ejemplares criollos de Colombia son razas adaptadas al medio ambiente tropical, por eso no solo son importantes en el país, sino para los cruces en Latinoamérica, África y toda aquella región que esté sobre la línea ecuatorial y tenga climas con condiciones extremas de humedad y temperatura.
Para que la producción bovina en el territorio colombiano sea sostenible y competitiva, debe ser llevada a cabo con ejemplares adaptados, es decir, con aquellos que se encuentren en correlación con el medio productivo. En este sentido, se apunta a las cebuínas y criollas, con lo que queda demostrado que la ganadería del país puede enfrentar los desafíos y oportunidades de los diferentes Tratados de Libre Comercio (TLC) que el Gobierno ha suscrito últimamente. Pero, ¿qué beneficios tienen los bovinos criollos en cruzamientos?
Las razas criollas introducidas al Nuevo Mundo, en el segundo viaje de Cristóbal Colón hacia el año de 1493, fueron sometidas a un largo proceso de selección natural y lograron una excelente adaptación al medio tropical del país. Además alcanzaron características genéticas de gran importancia económica como eficacia reproductiva, tolerancia a enfermedades y parásitos; habilidad para aprovechar pastos fibrosos y para soportar condiciones extremas de temperatura y humedad. Finalmente, esas aptitudes adaptativas las hizo más longevas.
Adicionan, las razas criollas colombianas tienen una producción sostenible, reconocimiento por la calidad de sus productos cárnicos y lácteos, y una excelente habilidad materna. (Lea: Ganado criollo, con el sello de competitividad y calidad)
Combinación con ejemplares europeos
Asimismo, las razas criollas del país cuentan con una ventaja extra: su gran capacidad de combinación con razas cebuínas y europeas, tanto para la generación de heterosis como de nuevas razas o genotipos. Así se constituyen en patrimonio biológico y económico de invaluable valor para la provisión cárnica, láctea y trabajo en los diferentes ecosistemas de clima cálido de Colombia, proyectándose a distintas regiones de la Iberoamérica tropical y subtropical.
Germán Martínez, presidente de la Asociación de Criadores Bovinos Criollos y Colombianos de los Llano Orientales, Asocriollanos, en diálogo con CONtexto Ganadero asegura que gracias a la heterosis o al vigor híbrido, las razas criollas tienen una ventaja por encima de sus progenitores, como lo es el desempeño.
“El mejor ejemplo es la mula: es hija de un burro y una yegua, es mucho más fuerte que el caballo y tienen muchísimas ventajas sobre sus padres. Entonces, los rasgos que más responden a ese vigor híbrido, son los relacionados con adaptación, tales como: reproducción, sobrevivencia y producción en cualquier lugar. En los bovinos pasa lo mismo”, agrega Martínez. (Lea: Ganado criollo al borde del abismo)
El presidente del gremio señala que las razas criollas le llevan una ventaja a las otras que han entrado al país, debido a que las primeras llegaron hace más de 500 años, gracias al recorrido que hizo Rodrigo de Bastidas cuando transportó 200 vacas desde la Isla de Santo Domingo hasta Santa Marta.
Autóctonas colombianas, benefactoras para Latinoamérica
Las razas criollas, y en especial las colombianas, tienen una alta habilidad combinatoria con otras razas, tanto con las taurus como con las indicus. Es por ello que son importantes en cruzamientos, porque transmiten sus características y generan efectos positivos en la producción de las poblaciones cruzadas.
José Antonio Velásquez, director ejecutivo de Asociación Nacional de Ganado Criollo Colombiano, Asocriollo, asevera que las razas criollas y las colombianas tienen características sumamente importantes para el desarrollo de la ganadería en las zonas cálidas de Latinoamérica.
“Una de esas características de alto valor es la adaptació que se manifiesta en las tasas de fertilidad y natalidad, y en las ganancias de peso. Un ejemplar adaptado se reproduce de manera eficiente, pues su fertilidad es 10 veces más importante que las ganancias de peso”, añade Velásquez.
Las razas en el territorio colombiano cuentan con una característica bastante favorable para los países que están sobre la línea ecuatorial y tienen climas con condiciones extremas de humedad y temperatura, se trata de su pelaje. (Lea: Asocriollanos trabaja para fortalecer las razas criollas en Meta)
“El pelo corto, les permite a los bovinos tener un sistema de termorregulación eficiente. Tienen glándulas sudoríparas de mayor tamaño distribuidas por el cuerpo, mecanismos que hacen que las criollas toleren el calor y pueden tener un grado menos de temperatura corporal en los momentos más calurosos del día, al compararlas con otras razas. En resumen, están mejor preparadas para soportar el cambio climático”, enfatiza el director ejecutivo de Asocriollo.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con su sigla en inglés, algunas razas criollas están en peligro de extinción. La tendencia en Colombia, en este momento, está en aumentar el número de ejemplares por raza, según Asocriollo.
“No es bueno mirar las cifras, lo mejor es observar las tendencias”, ratifica José Antonio Velásquez.
Mirada rápida a los criollos vecinos
En Venezuela tienen criollas como el Carora, que se formó a partir del Amarillo Criollo de Quebrada Arriba y el Pardo Suizo; Brasil tiene razas criollas como el Mocho Nacional, el Pantaneiro, el Caracú que vienen cobrando importancia en el desarrollo de la ganadería; En Bolivia están el Criollo Camba y el Saavedra, que cuentan con características importantes en la adaptabilidad de clima: y en Argentina, el criollo Argentino, que aporta adaptación a las extranjeras.