Los Bancos Mixtos Forrajeros son un modelo agroforestal, que se caracteriza por brindarle al ganadero mejores opciones para producir alimento bovino, incrementar los niveles de biomasa y reducir la contaminación.
Diariamente la ganadería recibe críticas acerca de las afectaciones ambientales que puede ocasionar. Solo quien la ejerce y la investiga conoce otras formas de desarrollarla, en especial porque sabe qué otros recursos puede implementar para disminuir las emisiones de dióxido de carbono, mejorar la nutrición animal y reducir la compra de productos como agroquímicos, entre otros rubros.
Para producir leche y carne de alta calidad, esta actividad pecuaria necesita de materias primas como el sol, el agua, el suelo y los pastos; razón por la cual la producción de biomasa se reduce constantemente, así como aumentan las zonas de sequía y de lluvia en algunas regiones del país, lo que obliga a los productores a hacer uso de otros recursos como el riego, la fertilización y de concentrados.
En los últimos 4 años la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán; y el Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria, Cipav; con su más reciente convenio denominado “Validación del protocolo de planeación forrajera en varios predios con Bancos Mixtos Forrajeros, BMF, establecidos”, buscaron que el ganadero mejore aquellos aspectos que afectan tanto al medioambiente, como al animal y de paso la economía. (Lea: Corporinoquia beneficiará a 36 ganaderos con bancos forrajeros)
Pero, ¿qué es un Banco Mixto Forrajero?
De acuerdo con Héctor Mauricio Durán Muriel, profesional de la Coordinación de Investigación y Desarrollo de Fedegán y el Fondo Nacional del Ganado, FNG, “es un modelo agroforestal, específicamente es un tipo sistema silvopastoril intensivo, caracterizado por manejar altas densidades de siembra, traducido esto en alta producción de biomasa forrajera de excelente calidad nutricional para alimentación animal”.
Este tipo de modelos, como lo explica Durán Muriel, se constituyen de árboles y plantas arbustivas como nacedero, bore, botón de oro, tilo, yuca, matarratón, leucaena, guásimo, ramio, sauco, entre otras, las cuales tienen un alto valor proteico, en asociación con plantas forrajeras que tienen un alto aporte energético. Cabe destacar que el área donde los BMF se establecen están entre el 1% y el 5% de cada predio.
Gracias a la variedad del tipo de plantas que se pueden establecer en un BMF, estos pueden ser cortados y suministrados a los animales, bien sea frescos, ensilados, o deshidratados en forma de harinas de follaje, durante las épocas críticas de los pastos, en sequía, o durante todo el año.
De acuerdo con el Cipav, y su más reciente publicación en la revista Carta Fedegán, “los BFM permiten aprovechar los recursos locales, producir importante biomasa de calidad a relativo bajo costo y minimizar los efectos de las épocas críticas como pueden ser las sequías o para aumentar la carga animal del sistema ganadero”.
Si se tiene en cuenta el convenio que hay entre Fedegán y el Cipav tienen, en el país en los últimos 2 años se han establecido diferentes BMF, orientados a la producción tanto de carne, como de leche; iniciativa que ha tenido muy buena acogida entre los productores que han adoptado este tipo de prácticas y visto incrementar sus ingresos. (Lea: Cúcuta tiene su propio banco de forrajes)
(Foto: Fedegán)
“Para establecer un BMF hay que tener en cuenta estas 2 cosas: que el ganadero quiera acceder a nuevas tecnologías y que también se deje asesorar. Una de las fincas que tienen estos modelos es ‘La Ley’, cuyos propietarios siempre se interesan por mejorar lo que hay en su predio y tienen en cuenta cosas como la facilidad de riego en épocas de verano, hacer un control de malezas y mantener cercado el banco porque de lo contrario los animales se comen las plantas”, aseguró Jesús Parada Jaimes, Profesional en Gestión de Proyectos Estratégicos de Fedegán en Cúcuta.
Otras zonas donde también se han establecido los Bancos Mixtos Forrajeros son Arauca, Caldas, Cauca, Casanare, Córdoba, Guajira, Magdalena, Meta, Norte de Santander, Sucre, Tolima y Valle del Cauca, debido a que en estas regiones las precipitaciones pluviales están entre los 900 y los 3.000 milímetros al año y la temperatura oscila los 18 y 28,5 grados centígrados.
Sin embargo, de acuerdo el convenio y los climas de las diferentes regiones, se realizó una evaluación de las especies arbustivas leucaena, botón de oro y matarratón, los cuales tienen una fácil propagación, rápido crecimiento y adaptaciones a las condiciones de la producción ganadera, bien sea en trópico húmedo o seco, en climas caliente o medio. (Lea: En Antioquia le apuntan a los bancos mixtos de forraje)
Así se establecen los Bancos Mixtos de Forraje
Terrenos cercanos a fuentes de agua y que dispongan de riego, igualmente deben estar situados cerca a instalaciones del predio, ya que demandan mano de obra permanentemente.
Luego de la selección del potrero para establecer el BMF se realizan análisis de suelo, esto con el fin de hacer correctivos, enmiendas y fertilización al potrero, e igualmente determinar qué especies se van a sembrar. Posteriormente se realizan las labores de preparación del suelo para la siembra. Cabe anotar que cada material forrajero se siembra de manera diferente, ya sea en semilla sexual o material vegetativo”, explicó Héctor Durán.
¿Cuáles son los aportes nutricionales?
Según el Cipav, sin importar el lugar de establecimiento de los Bancos Mixtos Forrajeros con botón de oro, leucaena y matarratón, las características nutricionales que cada uno de ellos aporta contribuyen a que la proteína cruda se destaque en las 3 especies con cifras que oscilan entre el 24,7% y 26%; mientras que la fibra cruda está por debajo del 30%.
“El botón de oro fue la especie que mayor porcentaje promedio de proteína alcanzó a presentar con un valor de 26,05%, aspecto que reafirma su cualidad como fuente de nitrógeno. Es importante destacar que la fibra encontrada en los follajes de estas 3 especies se consideran bajas pues fueron 18,41%, 21,12% y 25,13% para matarratón, leucaena y botón de oro respectivamente”, señaló el Cipav. (Lea: La Primavera, tierra de desarrollo ganadero sostenible)
“Los BMF son fundamentales porque ayudan a cubrir las necesidades nutricionales de los animales, con esto se logra maximizar el potencial productivo de los semovientes. Igualmente ayudan a fijar nitrógeno atmosférico al suelo, reduciendo la implementación de fertilizantes químicos. Por último, al manejar altas producciones de biomasa, son una fuente importante de alimento para utilizar en épocas críticas”, puntualizó el profesional de la Coordinación de Investigación y Desarrollo de Fedegán-FNG.