Nota del editor. Artículo revisado en enero de 2024
Angel Revilla Ruiz y Juan Vicente Gonzáles trabajaron en un artículo en la Revista Frisona que explica que la causa más frecuente por la que una vaca deja de comer o rumiar es la indigestión simple.
Este complejo término engloba diversos procesos que originan una alteración moderada de la fermentación ruminal, que normalmente dan lugar a un descenso del pH, acidosis y un incremento de la producción de gas en el rumen. Esta enfermedad también puede incluir procesos semejantes en el intestino grueso. (Lea:Cómo tratar 2 tipos de indigestión en bovinos)
Si la alteración es más intensa se producirán enfermedades más graves, y hasta mortales si no se tratan como la acidosis láctica ruminal aguda, el timpanismo ruminal, la dilatación y la torsión de ciego, etc.
La indigestión simple se suele producir más frecuentemente al inicio y en el pico de la lactación. La causa es debido a cualquier alteración en la calidad o cantidad de la ración ingerida. Una materia prima en mal estado, un error en la formulación, un cambio de ración o de corral, un cambio de tiempo, falta de agua, etc, pueden ser determinantes en la aparición de esta enfermedad.
Cuando a los humanos les pasa algo parecido, vomitan, pero la vaca no vomita. Cuando el pH o la presión dentro del rumen cambian, la vaca deja de comer y así en el humano, dos o tres días se vacía el rumen. Esa es la manera que tiene de regularse.
Durante ese tiempo, la vaca deja de comer, rumiar, el rumen detiene sus movimientos y a veces, los aumenta, pero con una intensidad menor, y por supuesto, deja de dar la leche que estaba produciendo. (Lea:Cómo evitar la impactación del rumen en bovinos)
Esta es una enfermedad leve que afecta a bovinos de manera aislada, lo que se denomina una enfermedad esporádica, aunque si la indigestión es por un fallo de racionamiento puede afectar a muchas vacas a la vez.
La acidosis subclínica (SARA)
Cuando por un problema de alimentación, ésta afecta de manera continua a un rebaño, se suele emplear el término acidosis subclínica (SARA) por su denominación en inglés que es subacute ruminal acidosis. Este proceso se cura solo y no suele originar problemas, igual que cuando los humanos sufren una indigestión.
Pero lo que sí se tiene en las fincas con frecuencia es la llamada SARA, en donde las vacas pierden peso, se tiene menos producción de leche y se dará menos grasa, por lo que se retrasará la reproducción y habrá más cojeras, mastitis, desplazamientos de cuajar y se aumentará la mortalidad general en la finca.
Hay que tener claro que tanto la indigestión simple como la acidosis ruminal subaguda (SARA) no necesitan de tratamiento de los casos clínicos individuales, por lo que los animales se restablecen por sí mismos. Lo que sí hay que hacer es corregir los problemas de manejo o alimentación que pueda haber en el sistema productivo ganadero.
Sin embargo, también sucede que en ocasiones el ganadero, y a veces algún veterinario poco experimentado, diagnostican a la ligera de indigestión simple a una vaca que deja de dar leche y de comer, y consecuentemente no rumia y no mueve el rumen.
En este tipo de casos, algunos profesionales manejan al animal bajo un tratamiento, para que mueva el rumen, alguno de los muchos ruminatorlos que hay en el mercado, lo que inglés llaman un “excuse diagnosis”, que es un diagnóstico que se hace cuando por falta de tiempo, medios o conocimientos que se dan por salir del paso.
Los ruminatorios
Finalmente, no existe ningún medicamento ni producto nutricional que haga por si mismo que se mueva, de manera coordinada y efectiva, el rumen de la vaca.
Los ruminatorios son preparados nutricionales que suelen contener muchos y variados componentes, que entre los más comunes están productos energéticos como el propionato de sodio, de calcio, algún tampón o antiácido como el bicarbonato de sodio, el óxido de magnesio, el carbonato de cálcico, estimulantes y aromatizantes como el jengibre, probióticos o prebióticos, etc.