Mientras los productores tradicionales optan por mantener la informalidad a la hora de buscar mano de obra, los empresarios prefieren cumplir con todo lo estipulado por la ley e incluso sumarle bonificaciones que mantengan motivados a los trabajadores. El debate está abierto.   La informalidad laboral del sector agropecuario no es un inconveniente novedoso. Muchos patronos siguen siendo tradicionales a la hora de contratar su personal, es decir, optan por pagar jornales, no reconocer salud, pensión y otro tipo de aspectos legales que deberían recibir quienes trabajan en el campo. (Lea: SAC presentará propuesta para que trabajo en sector rural se formalice)   Sin embargo, aquellos que tienen otra visión, saben que pagar de acuerdo al salario mínimo legal vigente, usar la legislación para establecer horarios e incluso pensar en las mujeres, genera malestar entre los que continúan en promover una actividad más informal.   María Fernanda Serna*, productora ubicada en la Orinoquía, aseveró que al concebir su explotación como una empresa, tiene la posibilidad de ofrecerle a sus empleados mejores condiciones salariales y laborales, hecho que ha despertado malestar por parte de sus vecinos quienes aseguran que ese método genera un incremento de la mano de obra.   A su juicio, en las zonas rurales hay una desventaja en cuanto a las condiciones laborales, eso se debe a los modelos productivos implementados que normalmente no son tan rentables. (Lea: La importancia de la salud laboral en las empresas ganaderas)   “Esta es una de las razones por las que aplaudo ejercicios de establecer herramientas que incrementen el rendimiento en las fincas, así nos beneficiamos más de los que nos imaginamos, el tema va más allá de vacas de parto al año o la ganancia de peso al día”, indicó.                        Andrés Gaviria*, empresario ubicado en los Llanos Orientales, afirmó que esa inconformidad de aquellos productores tradicionales se debe a tener viejas costumbres. Esas consisten en explotar al trabajador, obligarlo a soportar condiciones laborales inadecuadas, incluso ni les brindan espacios adecuados para ejercer sus actividades.   Gaviria cree que gran parte de los problemas sociales vienen de las diferencias con las que los patrones tratan a los empleados. (Lea: Combatir la informalidad, un trabajo entre Fedegán y MinTrabajo)   “Mis empleados, por ahora, no tienen sistema de bonificación, pero si los he motivado mejorando sustancialmente sus condiciones y comodidades, respetando los horarios laborales, pagando todo como debe ser, nunca sobra una palmada en la espalda y una cerveza fría tras un trabajo bien realizado”, confesó   Javier Vanegas, zootecnista y consultor en ganadería agroecológica, alertó a los productores e indicó que las bonificaciones que se vuelven repetitivas pasan a ser parte del salario del trabajador, por lo que debe hacer parte del ingreso base a la hora de liquidar a un empleado en caso de que renuncie.   “Una alternativa para mantener motivado y enfocado al trabajador es permitir que sus animales y los del dueño estén juntos, así hay un cuidado igual para todos los bovinos y todos se ven beneficiados de la actividad que adelantan el encargado de la explotación”, recomendó. (Lea: Mayordomos y trabajadores de finca tiene derecho a prima de servicios)   *Nombres modificados a petición de las fuentes.