En una finca dedicada a alimentar animales para beneficio, es importante que los semovientes conserven el apetito y tengan un alto rendimiento al convertir la comida en peso. El complejo B puede contribuir a aumentar la eficiencia metabólica de los bovinos. El estrés que sufren los animales en las explotaciones ganaderas puede producir carencia nutricional, pues puede provocar la reducción en la eficiencia metabólica. De acuerdo con un artículo publicado en Engormix, se ha comprobado que varias vitaminas del complejo ayudan a atenuar el estrés del ganado de ceba, entre las que se encuentran la tiamina, la riboflavvina y la piridoxina. Estas contribuyen a producir reacciones metabólicas que producen energía, y bajo condiciones de estrés sus niveles pueden disminuir. Al momento de llegar al corral, el ganado atraviesa una baja actividad ruminal y bajos niveles de microorganismos en el rumen, lo que puede provocar deficiencias en los nutrientes del complejo B. (Lea: ABC para aprender a dar vitaminas al ganado) CONtexto ganadero habló con Luis Castello, gerente general de Nutryr S.A., quien explicó que las vitaminas B son hidrosolubles y son sintetizadas en el rumen siempre y cuando encuentren los elementos necesarios para su reproducción. “Por ejemplo, el cobalto es un mineral que se necesita para la producción de la cianocobalamina o vitamina B12. En general no es necesario suministrar el complejo B a menos que haya una deficiencia nutricional o parasitismo extremo”, afirmó. Varios estudios que la suplementación con mezcla de vitaminas B redujo el número de terneros que debían ser tratados con droga, así como se observaron mejores en el consumo de materia seca al administrar dosis muy altas de tiamina (vitamina B1) al ganado expuesto al estrés calórico. De igual manera, animales con consumo reducido de alimento debido al estrés o alguna enfermedad pueden causar una carencia del complejo y agotar las reservas de las que dispone el organismo. (Lea: Nutrición del ganado: más que dar pastos, agua y suplementos al azar) En un estudio realizado en 1996, se descubrió que una leve infección en el ganado disminuye los niveles de piridoxina (B6), vitamina B12 y ácido pantoténico (B5) en la sangre, así como el ganado transportado en largas distancias presentó bajas concentraciones de la B6. En cambio, muchos de estos nutrientes intervienen en la energía y la eficiencia metabólica de las proteínas de rumiantes y su suplementación puede mejorar el desempeño. La inyección de ácido fólico (B9) y B12 demostró mayor eficiencia energética en vacas lecheras. (Lea: Elección de sal para ganado: no es un asunto del azar) Debido a que la mayoría de vitaminas B tienen una alta tasa de degradación por los microoorganismos que habitan en el rumen, expertos recomendaron la suplementación con estas sustancias por medio de inyecciones o protegidas de la degradación ruminal. Para esto, una opción puede ser la microencapsulación para liberar las vitaminas del complejo B en el intestino, permitiendo que el ganado aproveche sus propiedades. (Reportaje: Vitaminas y minerales, esenciales en la producción láctea de un hato) Por otra parte, el gerente de Nutryr anotó que algunas vitaminas hidrosolubles pueden reducirse en el rumen, como es el caso de la biotina (B7, B8 o H). “Cuando se suministra más alimento concentrado a vacas de alta producción, la producción de biotina por parte de los microorganismos del rumen se ve reducida. Entonces se han visto beneficios con la suplementación de esta vitamina en esa población, mejorías en el estado de los cascos y aumento de la producción”, agregó.