Lo llaman candelilla de los pastos, pero se trata del Mión o Salivazo, enfermedad causada por insectos chupadores los cuales, pueden acabar un potrero de la “noche a la mañana”, jornada en la que centran sus ataques. La recuperación de las praderas ahora con las lluvias, es realmente sorprendente. Sin embargo, es también la época en que aparece un insecto conocido como el Mión de los pastos o Salivazo, el cual afecta la capacidad productiva de la finca no sólo por la desaparición del pasto, sino por la invasión de malezas y la lenta recuperación de la pradera. En efecto, durante los meses sin lluvia, el problema número uno de la ganadería en la Costa Caribe es la deficiente disponibilidad de forraje. Una de sus causas –además de la baja cultura de producción de alimentos para épocas secas– es la presencia de esta plaga que afecta principalmente a la pastura Colosuana (Bothriochloa pertusa L.Camus), siendo uno de los factores predisponentes, la rotación de praderas que no va acorde con los ciclos biológicos del parásito. (Lea: Estas son las ventajas y desventajas del pasto colosuana) Control Corpoica y Fedegán realizaron, durante cinco años en más de 100 fincas de cinco Departamentos, la investigación “Alternativas para el manejo integrado de El Mión de los pastos en la región Caribe Colombiana” (2001), con el objeto de hacer más eficiente la producción, mejorar rentabilidad y disminuir el riesgo de presencia del insecto. De acuerdo con este estudio (Carta Fedegán 119), las fincas afectadas se pueden clasificar, según su estado de infestación, en: Fincas libres de Mión, Fincas recién colonizadas por Mión (1 – 3 años de ataque), y Fincas con varios años de historia con fuertes ataques (4 años en adelante). Manejo Tanto el propietario como sus trabajadores deben informarse de cómo es el Mión, cómo ataca y cómo se puede manejar a nivel de primeros focos. La falta de conocimiento es el enemigo más grande del ganadero. Por ejemplo, no saber que un parche seco por ataque de Mión, aparentemente insignificante, puede llegar a acelerar la degradación de las praderas. (Lea: Estas son las enfermedades de los pastos que existen en Colombia) Las fincas recién colonizadas por Mión (1-3 años de ataque), se deben monitorear, potrero por potrero, cada 10 días y marcar los primeros focos al inicio de las lluvias. Igualmente aplicar insecticidas granulados “artesanales” para focos pequeños entre uno y mil metros cuadrados, y para focos más grandes hasta de dos hectáreas, se sugiere manejar con pisoteo dirigido (meter ganado al potrero afectado). El monitoreo permite reconocer los primeros focos de ninfas (antes de que el pasto se seque por alimentación de adultos, fase de hoja con rayas blancuzcas). La consigna es: “identificar y erradicar”. En los predios con luz eléctrica, se recomienda observar alrededor de los postes de luz, parches de pasto con cambio de color verde a rojizo o amarillento (síntomas de daño de adulto de Mión), ya que ocasionalmente cuando están en movimiento son atraídos a la bombilla o a cualquiera otra fuente de luz. (Lea: Con el invierno llegan las lluvias, pero también parásitos e insectos) Para fincas con varios años de historia de fuertes ataques, se deben dibujar planos del predio, con divisiones, potreros, pendientes, bajos, etc., para identificar áreas con ataques generalizados y, asimismo, saber en qué años ha tenido los tres últimos ataques. Es prudente, delimitar el área con cuatro o cinco estacas para revisión periódica cada 10 días. También, identificar los potreros libres de Mión, para incluirlos en la revisión periódica. Las barreras naturales (un arroyo, una cerca divisoria con vegetación densa, barreras con pasturas resistentes) pueden “confinar” estos potreros temporalmente. Recomendaciones a) Para potreros en descanso meses después de entradas las lluvias se recomienda: ocupar dicho potrero, a la entrada de lluvias cuando el pasto tenga un mínimo de desarrollo que permita el pastoreo. Asimismo, vigilar primeros focos e intentar manejo. En caso de que la estrategia propuesta sea imposible de aplicar, se pueden seguir los siguientes planes: - En potreros con problemas recurrentes de Mión, cambio a una pastura de reconocida tolerancia o resistencia al Mión. - Establecer un sistema de rotación de tal forma que las divisiones no queden desocupadas por un tiempo mayor que el ciclo ninfa (de 21-24 días). b) En potreros que siempre estén ocupados pero con baja presión de pastoreo, es prudente hacer el monitoreo y manejo de primeros focos con aumento de presión de pastoreo. c) Para potreros compactados, con pastura bajita (10 centímetros), pendientes fuertes y potreros aledaños afectados, acudir a lo siguiente: -Renovar o recuperar potreros siguiendo curvas de nivel para que el suelo retenga humedad, y la pastura tolere mejor el daño y se recupere más rápido. -Recurrir al control manual de malezas y siembra de leguminosas nativas e introducidas y establecer una barrera con pasto resistente. d) En el caso de que el predio con pastura susceptible al Mión no tenga ningún uso en ganadería se debe hacer henificar, cortamalecear bajo (menos de 10 centímetros) y sembrar leguminosas como maní forrajero, clitoria, kudzú y hortalizas, etc.