La evaluación genómica del músculo Longissimus dorsi en 167 ovinos criollos permitió identificar 15 genes que interferirían directamente con la capacidad de retención de agua (CRA), y 11 más con respecto al pH (acidez), características relacionadas con atributos de la carne.
Para llevar a cabo la investigación se sacrificaron 63 animales de la variedad racial Sudán –provenientes del Cesar–, 44 etíopes de Córdoba, y 60 pelibuey del Valle del Cauca. (Lea: Colombianos consumen 500 gramos de carne ovina al año)
Dentro de las plantas de sacrificio los procedimientos se realizaron con base en los lineamientos estandarizados que dictan las normativas del Invima. La finalidad del estudio es determinar cuáles ejemplares de ovinos criollos de pelo, dentro de los caracterizados, cumplen con la producción de carne de mejor calidad.
Esto corresponde a uno de los resultados del investigador Herman Alberto Revelo Cuaspud, candidato a doctor en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional sede Palmira.
La problemática surge por la carencia de una estructura adecuada en términos productivos y tecnológicos en la producción de carne de ovino en el país, lo que representa una desventaja para competir en mercados internacionales, e incluso no satisfacer la demanda nacional. (Lea: Colombia puede competir para exportar carne ovina a Canadá)
Después de 24 horas post mortem, la metodología consistió en extraer el músculo Longuissimus dorsi de la canal izquierda, para luego empacarlo al vacío y almacenarlo a 4 oC. Una vez trascurrido un periodo de maduración de 7 días, se efectuaron mediciones sobre el músculo para obtener las características de pH y CRA.
En seguida se realizó un análisis de asociación genómica (GWAS) para identificar regiones relacionadas con pH y CRA de los 167 ovinos. El resultado determinó cuáles genes específicamente producen las variables genómicas que más adelante permiten identificar qué animal concreto cuenta con la mejor genética en términos de calidad.
“La justificación de este trabajo es mostrarle a la comunidad científica y al productor que realmente vale la pena estudiar el ovino criollo”, explica el investigador Revelo. (Lea: CC Ovina expenderá carne de cordero a mercados nacionales)
La razón principal del estudio es que este animal se acopla mejor al sistema productivo del campesino inmerso en una economía rural, por lo cual es imprescindible la caracterización genética para desarrollar programas de mejoramiento genético mediante selección asistida de esta varianza.
Origen de los ovinos criollos
Otra perspectiva de la investigación fue establecer la diversidad genética y la estructura de tres ecotipos de ovinos criollos de pelo (Sudán, etíope y pelibuey) y su relación genética con otras razas del mundo.
Actualmente su estructura no está descrita porque “estos ovinos criollos colombianos son el resultado de la introducción de razas de origen ibérico durante el periodo de colonización y la subsecuente introgresión (movimiento de genes de una especia a otra) de razas de África”, apunta el investigador. (Lea: La ganadería ovina vive su mejor momento en Colombia)
La metodología fue similar a la anterior en términos de genotipificación de las tres variedades raciales de los ovinos mencionados, aunque esta vez se compararon con 16 razas de América, Europa y África previamente secuenciadas por el Consorcio Internacional Ovino de Genómica.
Entre los resultados se encontró que el ecotipo pelibuey presenta una introgresión genómica de la raza BlackBelly del Caribe, mientras que el ecotipo etíope comparte información genómica con la raza churra de Europa.
Por su parte, el ecotipo Sudán presenta una introgresión con las razas europeas ojalada, bergamasca, castellana, churra y aragonesa, y las razas morada nova, St. Ines y St. Elizabeth, de Brasil y Jamaica. (Lea: Carne ovina-caprina dinamizaría economía de Marulanda)
Los ecotipos de pelo colombianos son descendientes de razas españolas y comparten un componente genético común con las razas establecidas en América. Según el doctorando, estos resultados “sustentan la necesidad de asignar el estatus de raza a estas poblaciones localmente adaptadas”.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2005 la cifra de ovinos en el mundo superó los 1.000 millones, es decir un animal cada seis personas; de estos, América Latina y el Caribe tienen un 8 %. En ese mismo año la estimación para Colombia fue de 2 millones 180 mil animales.
La Asociación de Criadores de Ganado Ovino de Colombia (Asoovinos) detalla características productivas que le confiere al ovino por encima de otras especies. Por ejemplo, tiene una mayor capacidad reproductiva, un intervalo entre partos de casi la mitad del bovino, con un número de crías más alto. (Lea: Así va el sector ovino-caprino en Colombia)
Cuenta además con la posibilidad de triple propósito: carne, lana y leche. Es menos costoso por unidad, lo que disminuye riesgos y aumenta posibilidad de autoconsumo. Además, destacan las propiedades organolépticas de la carne por su sabor.
Fuente: Agencia de Noticias UN.