Esta enfermedad parasitaria se presenta con una relativa frecuencia en caballos con deficiente desparasitación, incluso en caballos de criaderos. Su incidencia ha aumentado en los últimos años debido a que los vectores se han hecho resistentes a muchos de los insecticidas disponibles en el mercado.
Según Carlos Alberto Correa, médico veterinario y representante técnico comercial de laboratorios AGV Salud Animal, la incidencia Habronemiasis se limitaba a zonas de pisos térmicos cálidos, donde había ciertos vectores que transmitían la larva del habronema, sin embargo, ahora se está presentando también en zonas más templadas.
Esta enfermedad es producida por parásitos del tracto gastrointestinal del caballo (estómago), el cual, en parte de su ciclo biológico deposita los huevos en el estómago del equino**, los cuales pasan al intestino y finalmente son eliminados en las materias fecales, explicó Correa.
Estos parásitos pertenecen a los gusanos nematodos del género Habronema muscae, indicó el profesional. (Lea: Uso de purgantes y vitaminas previene males en equinos)
La mosca común tiene un importante papel en el desarrollo del ciclo biológico de este parásito, aseguró Correa.
“Las larvas de las moscas ingieren los huevos de estos parásitos cuando se alimentan en las heces excretadas por los equinos, las cuales migran hacia el intestino de la mosca y de ahí a las glándulas salivales de la misma. En el momento que se posan sobre el animal –sobre todo donde hay humedad, como zonas de sudoración, alguna laceración o solución de continuidad (herida)–, las larvas migran desde las glándulas salivales de la mosca hasta la herida y desde este momento comienza a formarse la lesión”.
La aparición de la habronemiasis cutánea en equinos, también conocida como llagas de verano, deben ser controladas con los debidos tratamientos con el fin de evitar el origen de molestias en el animal en las zonas lesionadas.
Las lesiones suelen ser de color rosado de entre 7 cm a 10 cm y pueden observarse en la piel del animal (principalmente en las extremidades, áreas ventrales del animal y en la zona facial), y también a nivel ocular. (Lea: 5 mitos sobre los desparasitantes equinos)
Si se hace un diagnóstico temprano y se implementa el tratamiento, el animal se recupera muy rápido. En muchas ocasiones y por desconocimiento, las personas encargadas de los equinos inician tratamientos con antibióticos y/o anti inflamatorios a estas lesiones, creyendo que es un proceso infeccioso producido por bacterias, y como resultado no hay recuperación de la herida y se produce un aumento de tamaño y severidad de esta, llevando a que el propietario quede desorientado y comience a buscar ayuda de un veterinario que le dé un diagnóstico exacto.
Mientras se espera, las heridas pueden llegar a tamaños desproporcionados y esto hace que el tiempo de recuperación se alargue. Si el diagnóstico se hace rápido, el animal puede curarse entre 15 a 20 días.
El tratamiento debe enfocarse a la implementación con productos de uso veterinario de las familias de las ivermectinas, preferiblemente doramectina. (Lea: Preste atención a la gastritis de equinos, un síndrome frecuente en Colombia)
Con la implementación rápida y adecuada del tratamiento el parásito debe desaparecer muy rápido, y la recuperación total de la herida queda sujeta al compromiso que la piel sufrió en cuanto a tamaño y profundidad y al cuidado post-tratamiento adicional que se le brinde al equino.
Se recomienda consultar un profesional para realizar los tratamientos adecuados.