El término fue acuñado por el endocrinólogo Hans Seyle para referirse al estrés positivo o beneficioso (bien sea psicológico, físico o bioquímico). Este año, investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona realizaron un artículo sobre el eustrés en animales de pastoreo.
El científico húngaro-canadiense sostuvo que este concepto proviene del prefijo griego ‘eu’ que significa bueno y se diferencia del ‘distrés’, dependiendo del impulso y la respuesta que se genere: si la provocación es positiva, hay ‘eustrés’; si es negativa, es ‘distrés’.
Los investigadores Juan J. Villalba, de la Universidad Estatal de Utah (Estados Unidos) y Xavier Manteca, de la Universidad Autónoma de Barcelona (España) hicieron un artículo de revisión sobre el tema. (Lea: Los diferentes tipos de estrés que pueden presentar los bovinos)
Ellos argumentan que los desafíos que suponen algunos factores bióticos (vegetación) y abióticos (terreno) también pueden verse como fuentes "positivas" de estrés o ‘eustrés’, porque una vez resueltos, los animales logran un mayor grado de adaptabilidad.
“Desde el punto de vista químico y estructural, los paisajes diversos requieren que los animales muestren comportamientos complejos y exhiban capacidades adaptativas, como construir una dieta equilibrada y segura o encontrar refugio, lo que finalmente conduce a estados emocionales positivos”, escribieron.
Así, manifestaron que mantener o mejorar la diversidad de los sistemas naturales constituye un enfoque de gestión que se puede utilizar para mejorar el bienestar animal y prepararlo para desafíos ambientales futuros. (Lea: El estrés calórico y el impacto que tiene en vacas repetidoras)
Luego de revisar diversos estudios, los investigadores sostienen que “la diversidad química y estructural genera resistencia y adaptabilidad en los animales frente a los retos impuestos por las condiciones dinámicas inherentes de los pastizales”.
A su juicio, los resultados positivos de las experiencias relacionadas con el estrés pueden mejorar la competencia conductual y generar emociones positivas que beneficien el bienestar animal. De esa manera, utilizando este concepto, los propietarios deben promover la resiliencia en los animales al mejorar la diversidad química y estructural en los pastizales.
Esto se logra a través de tratamientos de pastoreo específicos, esfuerzos de revegetación que aumentan la diversidad de especies de plantas o mediante la distribución estratégica de puntos de agua que mejoran la distribución de los animales en el paisaje. (Lea: Importancia de conocer la conducta animal para el manejo bovino)
De esta manera, se pueden crear "programas de enriquecimiento cognitivo natural" que mejoran el bienestar animal y preparan mejor a los animales que pastorean para los eventuales retos.