Mediante la fermentación entérica los rumiantes transforman su alimentación en carne y leche, pero también producen metano entérico que contribuye al calentamiento global. ¿Qué pueden hacer los ganaderos para mitigar su impacto? La cantidad de metano entérico expulsado por el animal está directamente relacionada con el nivel de ingesta, el tipo y la calidad de los suplementos que se le den, la cantidad de energía que consume, el tamaño, la tasa de crecimiento, el nivel de producción y la temperatura ambiental. Entre 2-12% de la ingesta energética de un rumiante se pierde típicamente a través del proceso de fermentación entérica. Los expertos señalan que reducir la tasa de emisiones entéricas de metano ayudaría a reducir la tasa de calentamiento en el corto plazo y, si las reducciones de las emisiones son sostenidas, también puede ayudar a limitar el pico de calentamiento. Pero también indican que evitar totalmente las emisiones entéricas de metano no es alcanzable en el corto plazo, debido al crecimiento significativo de la demanda de productos rumiantes. Y explican que hay oportunidades de reducir sustancialmente las emisiones por unidad de producto, es decir, la intensidad de las emisiones. Estas oportunidades generalmente consisten en mejorar la eficiencia de la producción a través de la implementación de prácticas o tecnologías conocidas que resultan en mayores rendimientos por animal y por unidad de alimento. En general se señala que los sistemas de producción de rumiantes con baja productividad, pierden más energía por unidad de producto animal que aquellos con alta productividad.Aumentar la productividad de los sistemas de producción aumenta la seguridad alimentaria y refuerza los medios de subsistencia de los agricultores. Esta fuerte correlación entre el aumento de la productividad animal y la reducción entérica de las emisiones de metano implica grandes oportunidades de mitigación de bajo costo y beneficios sociales y económicos generalizados. Los rumiantes se cultivan en una amplia gama de sistemas de producción, desde extensivos sistemas de pastoreo hasta unidades de engorde intensivo de lácteos o de carne. El tipo de alimento que se da a los animales y la proporción de pastoreo en el sistema de alimentación es un factor determinante clave de esta diversidad. María Cristina Amézquita, zootecnista, ha señalado as siguientes alternativas para reducir la producción de metano (Lea. Técnicas para mitigar la emisión de GEI en fincas ganaderas) Manejo rotacional de pasturas: se debe evitar el sobre pastoreo, trabajar una carga adecuada de animales por hectárea y empleando herramientas como el Pastoreo Racional Voisin, PRV. Si es posible, se deben cosechar los pastos antes de 45 días si la luminosidad es adecuada para evitar que los rumiantes consuman pasturas lignificadas. Variedad de alimentación: variar la alimentación, ofreciendo sobre todo leguminosas que contribuyen a la degradabilidad de la fibra. Manejo de suelos: Especialistas señalan que es mejor no arar la tierra, porque libera gran cantidad de carbono a la atmósfera, en la medida en que el volteo la tierra liberara el carbono que está capturado en el suelo. Manejo de estiércol: Se debe utilizar el excremento del animal para fertilizar y oxigenar el suelo, pues esta acción también contribuye a reducir la propagación de GEI. Implementación de sistemas Silvopastoriles: Los expertos señalan que una herramienta fundamental para mitigar los GEI son los sistemas silvopastoriles. Otros factores importantes que contribuyen a la diversidad de los sistemas de producción de rumiantes son el tipo y la raza de los animales, las prácticas de manejo del hato, el nivel de integración con los sistemas de cultivo, la dependencia de los rumiantes de los hogares y el nivel de integración del mercado. Fuente: Artículo elaborado con base en FAO. Reducción del metano entérico para mejorar la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia. Ver aquí enlace.