Estos cambios han sido posibles gracias al proyecto "Páramos: Biodiversidad y Recursos Hídricos en los Andes del Norte", que ejecuta la CVC en convenio con el Instituto Alexander von Humboldt y al que se han unido otros actores del territorio, como el Fondo Agua por la Vida y la Sostenibilidad.
La ganadería extensiva es considerada una amenaza para los ecosistemas –más si se practica cerca a los páramos–, pero en la vereda La Nevera, cuenca alta del río Amaime y zona con función amortiguadora del Parque Nacional Natural Las Hermosas, los ganaderos de seis Reservas Naturales de la Sociedad Civil están implementando acciones que ayudan a reconvertir su práctica para protegerlo. Un ejemplo es el predio La Cascada. (Lea: El papel de los ganaderos en la conservación de los páramos)
"Aquí el ganado rondaba libre por el predio y podía, en algún momento, subir hasta las coberturas de páramo donde se encuentran los frailejones. Lo que se hizo con Gaby Serrano, dueña de la finca, a través de un ejercicio de ordenamiento predial, fue concertar una alternativa para un manejo más sostenible y eficiente de su actividad que consiste en establecer potreros cerca de la casa, donde ella podrá rotar el ganado cada 90 días, tiempo en el que las reses consumen los pastos y forrajes de un potrero, mientras se pasan al siguiente potrero. Así, se ha permitido que la oferta de alimento para los rumiantes se recupere, mejorando las condiciones nutricionales del ganado, es decir, una mayor oferta de comida para los animales. De esta manera, se espera aportar a un mejor rendimiento en la producción de leche, disminuyendo la presión sobre el ecosistema", explicó Magnolia Losada Ortiz, administradora del medio ambiente y profesional del proyecto "Páramos: Biodiversidad y Recursos Hídricos en los Andes del Norte", que ejecuta la CVC.
Para dividir un potrero de otro, se instalaron cercas vivas con franjas de árboles y arbustos protegidos con cercas eléctricas, se sembraron arbustos de tilo (Sambucus peruviana, que es una especie piloto dentro de las plantas forrajeras) que además de servir de aporte proteico y complemento alimenticio para el ganado, actuará como barrera para contrarrestar el efecto negativo de los vientos sobre los pastos. Acciones como estas, hacen parte del menú de actividades que conforman un sistema silvopastoril, herramienta de manejo del paisaje aplicada aquí.
"El 70 % de la finca es bosque y tenemos potreros en medio de ellos. Este sistema silvopastoril nos permite, ahora, mejorar la conexión de todos estos ecosistemas que llevamos conservando hace mucho tiempo", dijo, satisfecha, Gaby Serrano, propietaria de esta Reserva Natural de la Sociedad Civil. (Lea: Los ganaderos pueden contribuir a la conservación de páramos)
Cercas para el ganado, no para la vida silvestre
Otra de las acciones implementadas son los cerramientos o aislamientos de protección, con los que se busca evitar que el ganado entre a las coberturas boscosas y se impida que llegue hasta el páramo o a las corrientes de agua para que no las contaminen. En esta ocasión, y con una mirada a escala de paisaje, la cerca tradicional –con varias líneas de alambre de púa– evoluciona con la instalación de cercas eléctricas que impide el paso al ganado, pero no a las especies silvestres.
"En esta zona tenemos osos andinos, venados, zorros, tairas…si, por ejemplo, el animal viene perseguido por un perro podrá pasar entre los alambres, recibirá la descarga y huirá, pero no terminará lacerado por un alambre de púas, lo que puede terminar en una infección y muerte", explicó Alexander Certuche, zootecnista de la fundación Fondo de Agua por la Vida y la Sostenibilidad.
Estas Reservas quedan en una zona alejada donde no llega el sistema eléctrico, y es por eso que las cercas se complementan con paneles solares para su funcionamiento, aspecto que además ha brindado a estas familias la opción de tener iluminación y entretenimiento que antes era imposible, como la televisión. Todos estos cambios se han dado gracias al proyecto "Páramos: Biodiversidad y Recursos Hídricos en los Andes del Norte", que ejecuta la CVC en convenio con el Instituto Alexander Von Humboldt y al que se han unido otras organizaciones como el Fondo Agua por la vida y la Sostenibilidad. (Crónica: La finca ganadera que contribuye a la conservación de los páramos)
Para el Valle del Cauca, el convenio se adelanta en los complejos de páramos de Las Hermosas y Chilí-Barragán, gracias a recursos de la Unión Europea, cuyos delegados visitaron estas fincas como parte de la Misión de Evaluación de Medio Término del proyecto.
"Hemos tenido la oportunidad de verificar la enorme riqueza de la intervención, que es resultado de las fortalezas técnicas e institucionales que una autoridad ambiental de la envergadura de la CVC tiene y puede aportar a este proceso", expresó Francisco Ruiz, líder de la Misión de Evaluación de la Unión Europea, quien además resaltó el interés de los productores de la zona por hacer gestión sostenible en sus fincas.