Las probabilidades de que Colombia sufra las consecuencias del fenómeno de El Niño son inminentes.
Las predicciones de los organismos especializados indicaban que en junio las probabilidades eran del 62 %, hoy los informes del Servicio Meteorológico de los Estados Unidos muestran un aumento en esta posibilidad.
“En la salida más reciente de hace unos pocos días, se advierte para el mismo mes de junio, una probabilidad del 82 %, es decir, que se ha incrementado notoriamente la probabilidad de que se presente una transición del fenómeno en junio y que en julio ya tengamos el inicio del evento, pues la probabilidad para este mes ya ronda el 90%”, manifestó Christian Euscátegui, meteorólogo experto en sistemas de alertas tempranas.
Para el profesional en el área, es complejo, proyectar hasta cuándo irá el fenómeno, lo importante es estar alerta.
“Las salidas de los diferentes modelos indican, en este momento, que podría estar presente por lo menos hasta el mes de marzo el próximo año, estimando una intensidad que puede llegar a ser moderada, con una probabilidad del 80 %, tal y como lo ha señalado el servicio meteorológico de los Estados Unidos”, señaló.
Afectaciones
De acuerdo con la incidencia histórica que tiene el fenómeno de El Niño en las épocas secas o de menos lluvias, se debe conocer los antecedentes y su desarrollo en las regiones para fijar acciones en corto y mediano plazo.
“En términos generales, ante la presencia del fenómeno en las zonas en las que históricamente la precipitación indica valores menores a los 100 mm por mes, puede haber complicaciones para poder satisfacer las necesidades de agua a nivel de ganadería”.
En este sentido, Euscátegui sugiere conocer dos aspectos fundamentales; se trata, de la climatología de cada una de las áreas de explotación ganadera para determinar, en qué zonas puede registrarse un desabastecimiento hídrico, y el comportamiento de la precipitación para establecer la continuidad o no de condiciones anómalas de la precipitación.
“Ante una persistencia de condiciones secas, es muy probable que la disminución de los pastos sea significativa, extendiéndose inclusive a algunas zonas en las que normalmente esto no se presenta, situación que generaría una disminución notoria del volumen por cabeza de ganado, así como una baja importante en la producción de leche”, manifestó el experto.
Recomendaciones
Los ganaderos deben prepararse para evitar la muerte por deshidratación y golpes de calor de los animales.
“Ante la disminución en las capacidades del recurso hídrico y un manejo no adecuado del mismo, se pueden presentar enfermedades en el ganado, todo lo referido anteriormente redunda en una disminución importante en términos de lo que es la economía del sector”, agregó.
Uzcátegui entregó algunas recomendaciones
“Es recomendable también la rotación de potreros para el pastoreo con el fin de garantizar siembra y mantenimiento de pasturas. En esa línea es importante disminuir la carga animal por área para evitar pisoteo y a partir de esto mitigar las dificultades de humedad en los suelos”, dijo.
El experto recomienda también el suministro de paquetes nutricionales para los animales.” Esto bajo una coordinación o asesoría técnica de zootécnicas y veterinarios que acompañen el proceso”, comentó.
Es indispensable, implementar y masificar en la medida de lo posible sistemas silvopastoriles con el fin de tener suficiencia en los forrajes de plantas arbóreas. Así mismo, suministrar bebidas y alimentos en lo posible a través de forrajes y follajes.
“Se recomienda un buen cuidado de los árboles para brindar sombra a los animales para que no se deshidraten. Asociado a ello, debe mantenerse el monitoreo constante a los animales pues las implicaciones climáticas asociadas a la sequía incrementan la propensión a adquirir enfermedades”, puntualizó el experto meteorólogo.
¿Qué es el fenómeno El Niño?
Es un fenómeno de variabilidad climática que se caracteriza por un calentamiento de las aguas en el océano Pacífico tropical. En su desarrollo intervienen otras variables oceánicas y atmosféricas las cuales se acoplan para que el fenómeno se desarrolle. En términos de efectos ocasiona déficit de precipitación especialmente en sectores de regiones Andina y Caribe, así como en algunas zonas del piedemonte de la Orinoquía.
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