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Economía verde: cómo la ganadería puede apuntar a este enfoque

Foto: Fedegán FNG

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Ganadería debe apuntar siempre a ser verde y rentable ¿Cómo lograrlo?

por: Melanny Orozco- 31 de Diciembre 1969

La de tipo sostenible se posiciona hoy como una alternativa viable para integrar la producción animal dentro de la economía amigable con el medio ambiente. Expertos explican cómo implementar este modelo.

La producción animal sostenible y la economía verde consiguen integrarse a través de prácticas que reducen los impactos ecológicos y maximizan el uso de recursos disponibles, para generar un modelo de negocio que no solo es rentable, sino también respetuoso con el medio ambiente.

Este modelo, es cada vez más puesto en marcha por los ganaderos colombianos. (Lea en CONtexto ganadero: IV convocatoria para participar en el proyecto Ganadería Colombiana Sostenible)

Expertos de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia), encargada de generar conocimiento y desarrollar tecnología para el sector, señalaron, en un reciente estudio, que la economía verde, a nivel general, se fundamenta en iniciativas que mejoran el bienestar humano e impulsan la inclusión social.

Dichas iniciativas buscan desarrollar procesos con bajos riesgos ambientales, haciendo uso óptimo de los recursos y generando impactos positivos a nivel social y ambiental. No se trata únicamente de maximizar utilidades, sino de lograr un equilibrio que permita la regeneración de la naturaleza y el desarrollo territorial sostenible.

Sin embargo, en el contexto netamente ganadero, los investigadores mencionaron que existen varias técnicas que hacen parte del modelo verde. Aquí algunas de ellas.


Técnicas sostenibles en fincas ganaderas


Sistemas silvopastoriles (SSP). Consiste en integrar árboles y arbustos en los potreros, lo que no solo mejora el bienestar animal, sino que optimiza la producción de forraje.

Los árboles actúan como captadores de carbono y contribuyen a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, la biodiversidad que se genera en estos sistemas favorece el equilibrio ecológico y la presencia de especies que naturalmente controlan plagas y mejoran la calidad del suelo.

Otra de las técnicas es la captación y manejo del agua. La implementación de sistemas para captar agua de lluvia y la instalación de bebederos estratégicos aseguran un suministro constante y eficiente para el ganado, con lo que se reduce el consumo del líquido y se evita el desperdicio.

Hay que incluir el valor agregado a la producción que puede verse como el procesamiento de productos, ya sea carne o lácteos, que permite a los ganaderos acceder a mercados de mayor valor y evitar la intermediación, lo que se traduce en mejores ingresos.

Por último y no menos importante la capacitación y adopción de nuevas tecnologías, que no es más que la formación en técnicas de producción sostenible, bienestar animal, agricultura de precisión y gestión predial sostenible, claves para que los productores acerquen sus fincas a un modelo de negocio más verde.


Modelo es una necesidad’: Fedegán


Pablo Chará, profesional de Dirección en el área de Ganadería sostenible de Fedegán, enfatizó en que la implementación de prácticas sostenibles en ganadería no es solo una tendencia, sino una necesidad imperiosa para preservar los recursos naturales y garantizar un futuro próspero en el campo.

“Incentivamos la economía verde, modelo económico que busca mejorar el bienestar social y económico, reduciendo al mismo tiempo los riesgos ambientales”, instió Chará.


Proyecto Ganadería Colombiana Sostenible (PGCS)


Durante muchos años, Fedegán trabajó en el PGCS implementando el modelo en 87 municipios de los 12 departamentos de gran trascendencia ganadera. Chará, destacó que la experiencia adquirida en este proyecto superó las expectativas iniciales.

Uno de los logros más importantes fue la implementación de 160.000 hectáreas bajo esquemas ganaderos sostenibles. De este total, 4.500 hectáreas correspondieron a sistemas silvopastoriles intensivos, 31.000 a sistemas silvopastoriles no intensivos y 18.300 se mantuvieron en corredores de conectividad, que generaron, incluso, pagos por servicios ambientales. Otras 106.500 hectáreas se convirtieron en ambientes sostenibles.

Además, se logró sensibilizar a 25.000 personas y mitigar la emisión de 1.600.000 toneladas de dióxido de carbono, con lo que se demostró el impacto positivo de estas prácticas en el ambiente y en la economía local.

Lelio Aristóbulo Aguilera, productor ganadero y uno de los beneficiarios del PGCS, afirmó que su vida dio un giro radical tras sumársele.

“Comencé en 2012 con una finca despoblada y sin rumbo. Gracias al programa, manejo alrededor de 2 hectáreas protegidas con cercas, que me han permitido liberar las quebradas y los nacimientos de agua. Además, he sembrado más de 4.500 árboles, lo que ha transformado completamente mi finca”, destacó.


Beneficios y desafíos hacia la sostenibilidad


El paso hacia una ganadería sostenible implica desafíos, pero son más los beneficios. Por un lado, se requiere una inversión en infraestructura, capacitación y tecnología y por otro lado, la transición permite obtener mayores márgenes de ganancia gracias a la reducción de costos operativos y a la valorización de productos procesados.

Además, la adopción a estos modelos fomenta una relación más estrecha y directa con el consumidor, quien cada vez más valora la transparencia y la responsabilidad ambiental de los productos que consume. (Lea en CONtexto ganadero: Colombia ad portas de obtener reconocimiento mundial por el proyecto Ganadería Colombiana Sostenible)