Para controlar la diseminación de la fiebre aftosa se requiere de una absoluta integridad de los miembros de las organizaciones ganaderas, de los organismos del gobierno, de los ganaderos y de los comercializadores de carne y ganado. Así lo indica Jesús Velazco, Ph.D. quien planteó unas reflexiones a propósito de los focos de fiebre aftosa que se registraron en nuestro país el año pasado, y que hoy cobran vigencia para actuar hacia el futuro a razón del reciente foco que apareció en San Diego, departamento del Cesar. (Lea: Aftosa: ¿se repite la historia?) Velazco es director de productos frescos de la empresa H.E.B. México, y cuenta con 30 años de experiencia como consultor en nutrición y crianza de ganado bovino y 23 años en la industria cárnica (JVelazco@carnetec.com). Este planteamiento lo hizo en la Revista Carnetec de diciembre de 2017 Señala que mantener impermeable la frontera es una tarea difícil. Máxime si consideramos que la frontera con Venezuela tiene 2.600 kilómetros, y una buena cantidad de esta distancia está cubierta por junglas espesas. En su artículo agrega que la aparición de un brote nuevo en un país, que ya se encontraba libre de la enfermedad, nos habla de la inminente necesidad de mantener un estricto control en todos los países, no sólo en algunos. De ahí que uno de sus mensajes señale que, en razón a lo anterior, se requiere de una absoluta integridad de los miembros de las organizaciones ganaderas, de los organismos del gobierno, de los ganaderos y de los comercializadores de carne y ganado. Cómo proteger otras especies El experto explica que la fiebre aftosa es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a los animales artiodáctilos. Todas las especies como ovinos, caprinos, bovinos y suínos y cualquier otro artiodáctilo (animales con pesuñas divididas, es decir, apoyan dos dedos), como las llamas, alpacas y venados, son altamente afectados. Aclara que esta enfermedad no es mortal para la mayoría de los animales, pero si causa una disminución cuantiosa en la productividad de estos, y esto se traduce en pérdidas millonarias para las industrias pecuaria y cárnica. El principal vector de contaminación es el aerosol producido por la respiración de los animales infectados. Sin embargo, es bien sabido que el virus está presente en todas las secreciones de los animales infectados. Dado que hay un período de incubación de 24 horas a 21 días, un animal infectado puede infectar a otros animales antes de comenzar a presentar síntomas. La saliva presenta uno de los vehículos más infecciosos, y es suficiente que un animal coma en el mismo sitio que otro animal infectado para contraer la enfermedad. En explotaciones donde el hacinamiento mantiene muchos animales juntos, las posibilidades de contaminación son muy altas. No es necesario entonces, el contacto físico para dispersar la infección. El aire, los pájaros, el agua, y los ectoparásitos pueden diseminar la enfermedad. La carne y el queso derivados de animales infectados acarrean el virus y son considerados como vehículos de contaminación. Sin lugar a dudas, la fiebre aftosa es la enfermedad infecciosa de mayor importancia en el mundo que previene el comercio y causa la mayor afectación económica. Las restricciones comerciales y el cierre de fronteras no han prevenido la diseminación de la enfermedad. El uso de las vacunas inactivadas ciertamente ha sido muy útil en el control del virus, más de alguna forma, la enfermedad encuentra la manera de seguir adelante. Un ejemplo de esto son los recientes brotes ocurridos en Colombia. Fuente: Revista Carnetec. Octubre-diciembre de 2017