Existen dos alternativas que no prescinden totalmente de la tierra para cultivar forrajes y conservar para épocas como inviernos o extensos veranos, según Jorge Mario Noreña Grisales, Ingeniero Agrónomo y profesor del área de praderas de la Universidad Nacional, sede Medellín.
Existen dos metodologías para producir forraje verde. El primer método de cultivo denominado hidropónico, los nutrientes se disuelven en agua, obteniéndolos directamente por medio de sus raíces. Este tipo de forraje, crece sin la necesidad de utilizar sustrato, sin embargo, es necesario que las raíces tengan contacto con este tipo de solución nutritiva.
Existen dos tipos de hidroponía:
- En solución, caracterizada porque solo necesita esta solución para el crecimiento adecuado.
2. Medio pasivo, se necesita de la solución y de un material inerte como la arcilla para lograr un gran apoyo nutritivo a las plantas.
El segundo método es la aeroponía, mediante el cual el cultivo de plantas se realiza en el aire. Esto gracias a la suspensión de la planta en entorno cerrado. Para esto, requiere que se le de nutrientes mediante bombas de presión, con las cuales se puede pulverizar la solución nutritiva, convirtiéndola en una especie de niebla. (Lea: 7 pasos para la producción de forraje verde hidropónico)
Estas alternativas de conservación de forraje son un potencial para la alimentación y producción de los animales. “Si se hace hidroponía o aeroponía siguiendo los protocolos sanitarios y de manejo, se pueden obtener forrajes de muy buena calidad”, aseguró Noreña.
Las ventajas de usar este tipo de alternativas, es que se obtienen rápidamente y el proceso puede manejarse con fertilizantes vía liquida, es decir, riego por aspersión en las plantas.
Un aspecto negativo, es el manejo de enfermedades, dado que la humedad, hace que éstas se multipliquen rápidamente; esto en ocasiones se ve favorecido en la aeroponía, donde simplemente se humedece la parte inferior de la planta.
El riesgo en que pueden incurrir los productores, es no tener la experiencia en el establecimiento de estos forrajes, implicando unos costos adicionales de manejo, indicó el profesional.
¿Cómo cultivar forraje verde hidropónico?
Para cultivar se recomienda tener vasijas desinfectadas. Habitualmente para realizar forraje verde hidropónico se usan semillas de cebada, maíz, frijol, avena y trigo, y el proceso se puede realizar según recomendaciones de esta forma:
Lo primero que se realiza es seleccionar semillas que estén adaptadas a las condiciones del área y que sean de buena calidad, se hace un lavado y desinfección de las mismas en hipoclorito de sodio, con el fin de eliminar impurezas.
Después de desinfectar las semillas, se ponen en las vasijas. Las densidades óptimas por metro cuadro puede ser de aproximadamente 2.5 kg de semilla. La capa de distribución se recomienda sea de 1 cm de altura, o dependiendo del tamaño de la semilla.
La oscuridad para el proceso de germinación es muy importante para el desarrollo rápido de la planta. La germinación, después de la siembra se puede cubrir con papel periódico o saranes, ayudando a la germinación y el crecimiento de la semilla. El riego se puede hacer con nebulizadores de 6 a 9 veces durante el día y riegos de solución nutritiva.
La luz del día sólo podrá ser recibida cuando la planta ya se ponga verde. (Lea: Cultivos hidropónicos, alternativa de alimentación bovina en verano)
A pesar de las consideraciones generales anteriores, una vez el productor decida cual semilla desea producir, se ajusta el protocolo específico de manejo para cada especie.
Finalmente, Noreña resaltó que para usar cualquier alternativa de forraje, siempre es mejor asesorarse con personas que sean expertas, de tal manera que se evite cometer errores que impliquen costos adicionales en el proceso productivo.