Durante el periodo de lluvias —cuando hay abundancia de pastos—, el crecimiento y los ciclos reproductivos de las vacas están en perfecta sincronía. Esto permite que la mayoría de las hembras se preñen en los meses de mayor abundancia de forraje y paren en la época más favorable para la supervivencia de sus crías. (Lea en CONtexto ganadero: Por qué sí es bueno trabajar con bovinos doble propósito)

Esta sincronización natural se traduce en un mayor número de vacas en la lactación y, consecuentemente, un aumento en la producción de leche, factor que debe ser manejado con sumo cuidado para garantizar el bienestar de los animales y la eficiencia del proceso productivo.

Juan Prisciliano Zárate Martínez, médico veterinario zootecnista, explica en una investigación que para lograr una producción continua de leche durante todo el año, es fundamental implementar estrategias de manejo reproductivo y alimenticio adecuadas. La clave está en optimizar el ciclo reproductivo de las vacas, de manera que se incrementan los partos y se mantenga una cantidad constante de vacas en ordeño, incluso en épocas de estiaje.

Este objetivo requiere una planificación detallada de la nutrición y el cuidado de los animales desde su nacimiento hasta su madurez.

Fase de crianza del ganado doble propósito

De acuerdo con Zárate Martínez, la fase de crianza es fundamental para el desarrollo de vacas fértiles y productivas. “Un calostro de buena calidad, producido por vacas bien nutridas, es esencial para el desarrollo del sistema inmunológico de los terneros”.

En muchas ganaderías tropicales, los terneros permanecen con sus madres, pero esta práctica puede resultar en becerros desnutridos si la vaca debe dividir su energía entre la producción de leche y la alimentación de su cría. Por lo tanto, se recomienda suplementar la dieta de las vacas preñadas con alimentos ricos en energía y aminoácidos esenciales, y asegurarse de que los terneros reciban suficiente calostro durante las primeras horas de vida.

Fase de desarrollo del ganado doble propósito

Este periodo abarca desde el destete hasta aproximadamente los 20 meses de edad. Durante este periodo, es esencial monitorear y registrar el crecimiento y la salud de las terneras para asegurarse de que cumplan con los estándares de producción necesarios.

Las terneras de reemplazo, que representan el futuro del hato, deben pasar por varias evaluaciones rigurosas, desde el destete hasta su primer apareamiento y más allá. Aquellas que no cumplan con los criterios de selección deben ser descartadas para mantener la eficiencia del hato.

Según Zárate Martínez, “las terneras se dividen en dos grupos según su peso, lo que permite una gestión de pastoreo más eficiente”. Además, todos estos animales reciben suplementos nutricionales adecuados para asegurar un desarrollo óptimo y una rápida concepción en su primer empadre, lo que impacta positivamente en la productividad del hato.

Fase de producción del ganado doble propósito

En este periodo, las vacas en lactación son agrupadas según su etapa reproductiva, desde terneras en último tercio de gestión hasta vacas cercanas al sacrificio. La base de su alimentación es el pastoreo en praderas con pastos adecuados, complementado con ensilado de maíz y concentrados de alta calidad durante el ordeño. Este manejo nutricional garantiza que las vacas mantengan una producción de leche óptima y saludable.

El manejo adecuado del ordeño, incluyendo el uso del ternero para estimular la bajada de leche, y la suplementación individual según la producción de leche, son prácticas esenciales para mantener la eficiencia y el bienestar de las vacas. (Lea en CONtexto ganadero: ¿Por qué elegir el sistema doble propósito en las ganaderías en Colombia?)