Jorge Alberto Elizondo Salazar y Cynthia Rebeca Monge Rojas exponen que la calidad nutritiva de los alimentos o ingredientes utilizados para la alimentación de los rumiantes está en función del nivel de consumo, de la degradabilidad a nivel ruminal, de la digestibilidad, concentración de nutrientes y de la eficiencia con que estos pueden ser metabolizados y utilizados. (Lea: El rumen, motor de la digestión en los bovinos)
En el proceso digestivo de los bovinos, los alimentos ingeridos son sometidos a una degradación microbiana en el retículo – rumen, en la que los carbohidratos estructurales pueden ser hidrolizados, fermentados y degradados; lo que permite al animal utilizar productos de esta degradación como ácidos grasos volátiles, fracciones de la proteína dietética y biomasa microbiana para su mantenimiento y producción.
Determinar la composición y degradabilidad de las materias primas disponibles para la alimentación de estos animales es esencial para evaluar el valor nutricional y la utilización de los alimentos que se logra analizando su degradabilidad, pudiéndose estimar la proporción de nutrientes en ese alimento.
Es por eso que analizar la composición de la dieta se ha convertido en una herramienta indispensable, con el fin de desarrollar el potencial genético de los animales, tal como lo dicen Elizondo Salazar y Monge Rojas.
“Es precisamente por esta razón que una adecuada salud ruminal es de suma importancia para que el animal cumpla con sus funciones vitales y productivas, y la educación de la misma se convierte en una de las muchas razones para fistular un animal”, mencionan los autores. (Lea: Fístula ruminal, solución a los problemas digestivos de los bovinos)
La fistula o cánula ruminal permite ver y estudiar dentro del rumen, entre otras cosas, el funcionamiento del rumen, que tan rápido se puede degradar un alimento o ingrediente, además, se puede aprender de los microorganismos que viven dentro del mismo.
La cánula es implantada quirúrgicamente y actúa como una ventana portátil que permite acceso al rumen del animal para desarrollar investigación y análisis del sistema digestivo.
Un animal canulado proporciona también una fuente de contenido ruminal a largo plazo fácilmente disponible que se puede utilizar para realizar estudios de degradabilidad in vitro o para transfaunar compañeras del hato que ha sufrido algún tipo de trastorno digestivo.
Sin embargo, de acuerdo a los investigadores, “la razón de mayor peso de implantar una cánula permanente en un animal es para obtener información relacionada con las funciones y respuestas del sistema digestivo a diferentes condiciones”.
Finalmente, esta práctica de canular o fistular animales, a pesar de ser una cirugía invasiva, tiene un postoperatorio simple y los animales pueden volver a su rol normal al día siguiente del procedimiento.