La fertilización de suelos y forrajes ha sido usada por la agricultura desde siempre. En la ganadería bovina no sucedía lo mismo, hecho que ha cambiado con el paso de los años, desde que se ha enseñado al productor a comprender que los pastos son cultivos. Los suelos y pastos nutridos redundan en el aumento de la producción de forraje y con ello el incremento de la carga animal por área para generar carne óptima y leche por encima de los volúmenes producidos antes de realizar esta práctica. Para alcanzar tal fin es importante el uso de la fertilización edáfica y foliar, técnicas queno son nuevas en la agricultura pero sí en las ganaderías bovinas en las que durante mucho tiempo se consideró que los pastos para el hato no se deben manejar como cultivos. ( Lea: Sin fertilización no hay forraje y sin pasto no hay producción de leche) Sergio Mejía, ingeniero agrónomo, con doctorado en ciencias agrarias e investigador de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, señaló que la ganadería edáfica se hace desde la raíz del suelo para garantizar que la planta reciba los nutrientes y tenga una adecuada producción. La foliar, añadió, se usa casi siempre como complemento de la edáfica, en plantas con estrés por episodios de prolongada sequía, por ejemplo. “La foliar se usa muchas veces como ayuda. Es como cuando al enfermo se le pone suero y luego le dan comida tradicional”, comparó el experto. Ese proceso nutricional hace que al suelo y a los pastos se les devuelva lo absorbido en las explotaciones pecuarias. “Hemos sido extractores y no devolvemos los nutrientes cuando se sacan los hatos del predio”, afirmó el ingeniero agrónomo. Mejía hizo un paréntesis sobre la fertilización, al considerar que la nutrición de suelos y pastos, con la metodología edáfica y foliar, se hace una vez realizado el estudio de la tierra. De esta forma se conocerán las características físicas y químicas del predio, qué nutrientes escasean allí, qué necesita la planta y cuánto y cuándo aplicar los minerales requeridos. José Carlos Marrugo, ingeniero agrónomo y líder de pastos de Colinagro, manifestó: “para una correcta fertilización se hace un análisis del suelo. El diagnóstico se lee e interpreta para suplir los nutrientes que hacen falta y para no aportar los minerales que estén altos”. La fertilización edáfica y foliar se hace con productos químicos, orgánicos o biológicos. La primera tiene efectos en un tiempo más corto respecto de las demás. Pero, aseguró el investigador de Corpoica, se ha incentivado en el país el uso de productos naturales con resultados a favor de los suelos. La fertilización química se hace con urea o cloruro de potasio; la orgánica con compostajes y la biológica con bacterias y hongos. (Lea: Algunas recomendaciones para utilizar la gallinaza) La decisión de fertilizar con productos químicos, orgánicos o biológicos la toma el ganadero de acuerdo a sus objetivos. Mejía manifestó que la combinación entre la química y orgánica da excelentes resultados, Marrugo cree que la química es aceptada con resultados buenos, diferente a lo que opina Alexander Navas Panadero, docente e investigador de la facultad de ciencia agropecuaria de la Universidad de La Salle de Colombia, quien defiende solo el uso de productos orgánicos. Navas manifestó que la fertilización orgánica es la alternativa sostenible en la producción ganadera, diferente a la química que ha producido“problemas ambientales, contaminación en el agua y en algunos casos efecto invernadero”. Mejía añadió que las ganaderías especializadas son más juiciosas con la fertilización de suelos y pastos, sin embargo la alternativa de nutrir el alimento que consumen los rumiantes le compete por igual a los predios deidacos a la producción de carne.