Dirigente de Fedepalma pide un plan de choque en el tema de esclarecer la propiedad de la tierra a nivel nacional e igualmente que el Gobierno aumente la mezcla de biodiesel en respuesta a las inversiones realizadas. Solicita revisar la estructura del financiamiento para el sector agropecuario.   La producción de aceite de palma aumentó 44 % en el primer semestre de 2017 con respecto al mismo periodo de 2016 y cerró con un volumen de 880 mil toneladas, así lo manifestó Jens Mesa, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma.   Informó que los 6.000 productores tienen que visualizar que en el  sector palmero ya se habla de producir un millón 500 mil toneladas anuales y que en el mediano plazo esta cifra se aumentará a los 2 millones de toneladas. (Lea: Palmicultores mueven negocios por un billón de dólares)   Para Mesa, a pesar que el sector genera 150 mil puestos de trabajo entre directos e indirectos, tiene tropiezos pero sigue adelante.

Anunció que este mercado de la palma es de mucho interés para los inversionistas internacionales, de hecho reciben visitas de manera permanente.   Propiedad de la tierra   Según el dirigente de los palmeros el sector ha crecido en los últimos años y hay productores que quisieran crecer más pero hay tres dificultades que acompañan al sector palmero.   La primera es el tema de tierras. Hay muchos aspectos que clarificar. Y que el ministro de Agricultura dice que el 70 % de las unidades familiares del campo no tienen claridad sobre su propiedad. “Entonces se requeriría un plan de choque en ese sentido”, puntualizó.   Aumentar la mezcla   La segunda dificultad es el lento avance en el uso de biocombustibles. Se estableció un programa con el Gobierno, pero no ha avanzado ni a la mitad.   “La mezcla va en 9 % y en este sector ya se han hecho las inversiones en cultivos y en plantas procesadoras y tenemos la producción, pero el programa no avanza como se había planteado”, añadió Mesa. (Lea: Situación de los biocombustibles, cada vez más difícil en Colombia)   Financiamiento a 15 años   La tercera dificultad se encuentra en el financiamiento. Mesa señala que se presentan muchos tropiezos con el financiamiento para plantaciones pues los cultivos son de tardío rendimiento.   Afirma que la banca comercial cuando entra a mirar al sector, primero sabe muy poco del agro y segundo, les parece que otorgar plazos de 15 años es muy exótico.   Explicó que un cultivo de palma no se puede financiar a menos de 15 años si se quiere tener realmente una operación normal. (Lea: Palmicultores proponen reactivar la actividad en varias regiones)   Esfuerzo en la asociatividad   Al desarrollar este tema advirtió que toca mirar el tema desde el punto de vista estructural. “Hay cambios en la demanda de crédito como en la oferta que hay que revisar”, puntualizó.   Añadió que desde el punto de vista de la demanda hay que hacer un esfuerzo en la asociatividad, en organizar la demanda para el financiamiento.   “Cómo están organizados los agricultores para acceder al crédito es lo que tienen que saber las entidades de financiamiento”, dijo el presidente de Fedepalma y agregó que los productores trabajan en núcleos palmeros, es decir, alrededor de la planta productora donde se hace el procesamiento.

Requiere información   A su juicio un buen esquema de financiamiento requiere información y que se tienen que volver los ojos a mejorar el sistema de información del sector agropecuario.

Consideró que si las entidades financieras no tienen información detallada en tiempo real, no tendrán como medir los riesgos sobre una actividad.   Informó que cuando se observa fuera de Colombia cómo se financia el sector de la palma, se empiezan a entender las deficiencias que se tienen en Colombia.   Hablando de banca especializada, el dirigente mencionó a Rabobank y dijo que es uno de los bancos que ha financiado buena parte del desarrollo de la palma en el sudoeste asiático.   “Ellos nos dicen que financiar a los productores de la palma es muy fácil, y lo dicen porque conocen el sector. Pero en Colombia se ve como el riesgo más difícil de aprender”, concluyó.