Algunas de las causas de la momificación del feto bovino pueden ser mecánicas, como torsión umbilical o presencia de un mellizo en el vientre, pues hay algunas razas que son más propensas a estos fenómenos. La momificación fetal se caracteriza por la muerte y desecación del feto, siendo un proceso aséptico en condiciones anaeróbicas uterinas. (Lea: Aprenda sobre la momificación y la maceración de un feto bovino) Normalmente, cuando ocurre la muerte del feto, se produce un aborto y es expulsado. De lo contrario, si su permanencia en el útero se prolonga incluso hasta los 9 meses, puede resultar en una momia. Las causas de la momificación pueden ser por factores hereditarios, torsiones uterinas o compresión del cordón umbilical, infecciones como la leptospirosis o virus como los que producen Diarrea Viral Bovina (DVB), rinotraqueitis infecciosa bovina e influenza. También puede ocurrir por los tratamientos por yodóforos para la actinomicosis o actinobacilosis o la gestación prolongada por administración de progesterona. (Lea: Lo que debe saber sobre el aparato reproductor de las vacas) En cuanto a los factores hereditarios, hay razas que son más propensas a presentar este fenómeno en sus fetos, de acuerdo con César Augusto Gómez Velásquez, médico veterinario y magíster en Ciencias Veterinarias. “Por ejemplo, la raza Jersey es muy común ver momificaciones fetales porque la vaca tiene un espacio abdominal muy reducido. Entonces, el cordón umbilical se puede torcer con mayor facilidad y el feto puede morir sin ninguna infección”, explicó. El experto agregó que las hembras que sufren esta patología se tratan y no quedan ninguna secuela, por lo que pueden ser preñadas nuevamente sin temor a una nueva momificación. “Las vacas pueden tener otra gestación más adelante, con un parto y una lactancia normales”, precisó Gómez Velásquez. (Lea: ¿Cuál es el valor de un parto y cuánto se pierde en un aborto?) Otros trabajos señalan que las razas Holstein y Guersney también tienen alguna predisposición, con menor ocurrencia en las razas cebuinas. Se presenta entre los 3 a 8 meses de gestación, siendo su mayor incidencia entre los 4 a 6 meses. Si bien no se presentan síntomas patológicos, se pueden observar algunos indicios como falta de celo ni parto cuando la vaca lleva varios meses en gestación. Puede observarse alguna hemorragia, con coloración rojiza de la leche. En algunos casos la vaca muestra síntomas de celo y al poco tiempo expulsa el feto momificado, no se sabe si el celo es debido a que el feto abandona el útero o a las contracciones uterinas. El aborto espontáneo puede demorar entre 1 mes y hasta 2 años, por lo que es recomendable aplicar una dosis de prostaglandina F2α (alfa) para provocar la expulsión del feto.