El adiestrador Nicolás Benedetti contó que una de sus habilidades consiste en amansar animales que serán mostrados en exposición unos días antes del evento. Aquí le explicamos cómo lo hace.   Benedetti se ha especializado en trabajar con haciendas ganaderas que requieren sus servicios para amansar a los bovinos antes de presentarlos en ferias. Los propietarios de las fincas contratan sus servicios, que él transmite sobre todo a los trabajadores de la hacienda.   En primer lugar, el experto señaló que la seguridad del operario que va a manejar y a adiestrar el bovino es fundamental. Él conoce los riesgos de manipular animales grandes que pueden hacer daño y por eso basa sus enseñanzas en este primer principio.   “La segunda razón por cual enseño esto es porque trabajar con animales mansos genera seguridad y mayor producción”, manifestó. (Lea: Amansar los bovinos puede aumentar la producción de leche y carne)   Para esto, el primer día reúne a los trabajadores de la finca y hace una socialización donde les enseña inicialmente que deben mantener la calma y no maltratar al animal. Nadie debe golpear ni gritar, a menos que el bovino reaccione de forma agresiva y sea necesario reprenderlo.   “Lo importante es amansar al animal para que te acepte en la zona de fuga y te permita entrar en ella. Posteriormente viene el adiestramiento para mostrarlo en pista”, expresó.   En efecto, a partir del segundo día se adiestra dentro del corral, con movimientos suaves y diversas posiciones que el operario debe aprender para dominar al semoviente. (Crónica: El encantador de bovinos y la técnica del imprinting)   Así pues, el proceso comienza lanzando una cuerda sobre el bovino para acostumbrarlo a ella, primero por fuera del corral y luego dentro de él.   “Al mismo tiempo se van identificando los avances que van teniendo los animales. Eso lo identifico a través de sus posturas, de la orientación del cuerpo y de sus orejas, de la relajación, de su visión. Son detallitos que me permiten conocer en qué momento se pasa de una fase a la otra”, indicó.   Benedetti recomienda el uso de un madero de seguridad, de un 1,20 m. y protegido en la punta con un saco de polietileno, con el fin de descostillar los semovientes, esto es, sobarlos suavemente en las costillas y partes del cuerpo. (Lea: Formas de consentir a los bovinos para estimular la productividad)   “Inicialmente se usa el madero como una extensión de la mano, como medida de seguridad. En la medida que avanza el curso, se deja de usar el madero y se empieza a trabajar con la mano, que no necesariamente necesita protección”, observó.   El tercer día se hacen los masajes siguiendo una técnica parecida al imprinting, que se aplica en los becerros para acostumbrarlos al olor del operario y al tacto. Así pues, en el caso de los adultos, se usan las manos desde la nariz, pasando por la cabeza y el cráneo, y siguiendo con el tronco y las patas.   Durante el cuarto día pueden continuar los masajes y finalmente, se rodea el cuello del bovino con la soga para enseñarlo a pasear junto al operario de forma pausada, tal y como debe hacerse en la exhibición en pista.   Esta técnica también sirve para acostumbrar a los animales a la presencia de los humanos y evitar que se perturben o tengan comportamientos bruscos en la feria. (Lea: Tómese 4 meses para preparar el ganado antes de un juzgamiento)   “Hay personas que optan por quedarse en la fase de amanse, pero igual tendrán animales más eficientes en la producción de carne como leche”, puntualizó Benedetti.