De acuerdo con el estudio desarrollado, el beneficio que producen los arboles a la producción forrajera se debe a que las raíces de los árboles desempeñan un papel crucial en la mejora de la estructura del terreno, lo que aumenta su capacidad para retener agua y nutrientes. Además, la sombra proporcionada por los árboles ayuda a regular la temperatura y la humedad del ambiente, lo que crea condiciones óptimas para el crecimiento vigoroso de las pasturas. Estas mejoras favorecen el desarrollo del forraje y brindan condiciones más favorables para los animales que dependen de él. (Lea en CONtexto ganadero: Estos son los factores clave para la implementación de sistemas silvopastoriles en trópico alto )
Según Pablo Peri, coordinador del Programa Nacional Forestales del INTA, los sistemas silvopastoriles han demostrado una mayor capacidad para resistir estas condiciones extremas. “Entender cómo los árboles impactan en estos sistemas es clave para transformar la ganadería y lograr respuestas más productivas”, afirmó el especialista.
La investigación del INTA reveló que estos sistemas son significativamente más resilientes ante la reducción de lluvias, que oscila entre el 21 % y el 55 % según la región. En zonas húmedas, por ejemplo, se observó que las pasturas protegidas por árboles produjeron más forraje que aquellas expuestas directamente a las inclemencias del tiempo, tanto en períodos normales como en sequías prolongadas.
Aunque los sistemas silvopastoriles han cobrado mayor relevancia en Argentina recientemente, su aplicación no es nueva. En diversos países, incluido Colombia, productores ganaderos han implementado estas prácticas desde hace décadas, obteniendo beneficios que van más allá de la producción forrajera. Además de proteger a los animales de temperaturas extremas y disminuir el riesgo de incendios, estos sistemas contribuyen a la mejora de la calidad del suelo y a la reducción de la erosión.
Además, se concluyó que, si bien no existe un modelo único para implementar estos sistemas, en cualquier contexto, la combinación de árboles y pasturas mejora la productividad ganadera.
Diversificación productiva y sostenibilidad ambiental
Uno de los mayores atractivos de los sistemas silvopastoriles es su capacidad de diversificación. Además de proveer forraje de mayor calidad, permiten la producción de madera como recurso adicional. Desde una perspectiva ambiental, su implementación también promueve la biodiversidad, ayuda a mitigar los efectos del cambio climático y mejora la sostenibilidad de las explotaciones ganaderas.
El impacto positivo de los sistemas silvopastoriles no se limita a la producción agropecuaria. Al aumentar la disponibilidad de forraje y mejorar la calidad de vida del ganado, los productores obtienen mayores rendimientos económicos y pueden lograr sistemas de producción más sostenibles en el tiempo. Además, la mayor biodiversidad que fomentan estos sistemas genera un entorno más equilibrado y resiliente ante las fluctuaciones climáticas.