En el mundo ganadero, como en cualquier otro negocio, la planificación es fundamental para el éxito. Sin una estrategia clara y objetivos bien definidos, los productores pueden perder tiempo, dinero y oportunidades de crecimiento.
Mariana Flandes, ganadera y profesional en Creación y Desarrollo de Empresas con maestría en Negocios Agroalimentarios, resalta tres beneficios de planear anualmente en su finca: la eficiencia en el uso del tiempo, el análisis financiero del predio y la posibilidad de expandir el negocio.
Eficiencia en el uso del tiempo y priorización de actividades: Uno de los errores más comunes en ganadería es la tendencia a seguir lo que hacen los vecinos o la competencia sin considerar las particularidades de cada hato.
De acuerdo con la profesional, cada predio es único y tiene condiciones específicas que afectan la rentabilidad de las actividades productivas.
Planificar anualmente permite identificar las actividades que generan más ingresos y priorizarlas. Al analizar la estructura de costos e ingresos, se pueden detectar aquellas acciones que representan un mayor beneficio económico.
De esta manera, el productor puede evitar distracciones y enfocarse en lo que realmente funciona para su finca, optimizando el tiempo y los recursos disponibles.
Análisis financiero con el uso de registros: La información bien organizada y revisada periódicamente proporciona una visión clara del desempeño del predio. (Lea en CONtexto ganadero: Sistematización, la mejor manera de llevar registros en la finca ganadera)
Según Flandes, se debe contar con un auditor o especialista en análisis financiero para que verifique la veracidad de los datos y detecte posibles irregularidades, como robos o gastos hormigas. La cautela en la recolección y manejo de la información es fundamental para asegurar que los números reflejen la realidad del negocio.
Expansión del negocio y creación de un legado: Una ganadería bien administrada no solo es rentable, sino que también tiene el potencial de crecer y generar un impacto positivo en la región. La expansión del negocio no solo beneficia al productor y su familia, sino que también contribuye a la generación de empleo y desarrollo económico de la región.
La experta asegura que el crecimiento sostenido de una ganadería depende en gran medida de la capacidad de leer y entender los números. Cuando las decisiones están respaldadas por información confiable, es posible proyectar inversiones, mejorar la infraestructura y aumentar la productividad de forma eficiente.
Además, planificar anualmente permite construir un legado, asegurando la continuidad y estabilidad del negocio para las futuras generaciones. (Lea en CONtexto ganadero: Cómo aprender a manejar las finanzas en ganadería y no fracasar en el intento)