Probablemente el lector conozca o haya escuchado una popular frase que dice: “¡El alimento más barato para el ganado es el pasto, adminístrelo correctamente y haga de su ganadería un negocio más rentable!”. Incluso, usted pudo haberlo leído en otras publicaciones porque es una frase que se usa recurrentemente, puesto que es algo totalmente cierto. Pero, la pregunta es: ¿Administra usted en su ganadería las pasturas de la manera correcta o apropiada para lograr la máxima rentabilidad de su negocio ganadero? (Lea: 6 estrategias para hacer más rentable la finca ganadera) Observo aquí y allá, en una gran mayoría de las ganaderías que he podido conocer (para no decir que en todas las que he conocido y más aún en las que he asesorado), y comenzando por la que administro todos los días, en la cual precisamente he tenido la oportunidad de perfeccionar las técnicas de manejo racional del pastoreo, que hay una gran pérdida de alimento para los animales. ¿Por qué afirmo que la administración de las pasturas no siempre es la adecuada? 1.- Porque al recorrer junto con los propietarios de las ganaderías y sus empleados, aquellos potreros de los que recién ha salido el ganado, les voy haciendo notar que sus praderas presentan un desperdicio alto al dejar más de la mitad de la pastura en pie (pasto residual) tras haber realizado el pastoreo. 2.- Al recorrer con los propietarios de las ganaderías y sus empleados aquellos potreros a los cuales el ganado acaba de ingresar o los que se han destinado para llevar a los animales cuando salgan de los potreros que están pastoreando, les hago notar que hay un uso fuera del tiempo de reposo que la pastura necesita y esto viene como consecuencia de lo acostumbrados que están a actuar de dos formas diferentes: * Llevando al ganado a un potrero que en su criterio está listo para la cosecha, para que lo pastoreen cuando la pastura ya está muy madura y con ello están perjudicando el rendimiento productivo del ganado, porque el pasto mientras más maduro es menos digestible y hasta indigestible, pues cuando esto pasa se favorece un acolchonamiento del pasto que evita que haya rebrotes nuevos emergidos desde el suelo. (Lea: ¿Cómo mejorar la rentabilidad de una ganadería?)
- Llevando el ganado a un potrero que a su criterio está listo para la cosecha, para que estos procedan a consumir un pasto tierno, que por supuesto no ha alcanzado el punto óptimo de reposo y con ello están evitando que la pastura almacene sus reservas energéticas para que tras el pastoreo pueda expresar un vigoroso y abundante rebrote, y como consecuencia, están arriesgando la perpetuidad de la pradera.
Además pueden presentarse desórdenes o trastornos digestivos y/o metabólicos para el ganado que la consuma (por ejemplo: intoxicación por nitritos y nitratos, o un efecto prácticamente laxante con heces muy líquidas que conlleva a deshidratación, y cosas similares). Manejo del pastoreo con suplementación estratégica vs rentabilidad del negocio ganadero Los costos del kilogramo de pasto, sea cual fuere, son y seguirán siendo siempre muy altos cuando hay un manejo incorrecto que ocasiona desperdicio del material forrajero, y/o porque lo conllevamos a producir poca biomasa, y/o a que reduzca su disponibilidad con la llegada de cada nueva cosecha, y ni qué decir cuando por falta de previsión y un incorrecto manejo llegan temporadas de crisis cuando el pasto escasea por efectos climáticos y nos vemos en la necesidad de salir a comprar comida que no producimos. Como la dieta base de los bovinos por ser rumiantes son los pastos y forrajes, el objetivo de su administración no es (o debería ser) otro diferente al de conseguir el mejor estatus de rentabilidad de cada ganadería, al disminuir el costo por kilogramo de pasto o forraje producido por la misma explotación, y cuando se haga necesario y también posible, complementar con una suplementación estratégica, que a un costo moderado permita aprovechar por completo el potencial digestivo de nuestros animales rumiantes. (Lea: La vaca eficiente como base de la rentabilidad) Para lograr esa meta se requiere avanzar en dos estrategias específicas: 1.- Llevar el costo de producción del kilogramo de pasto al valor mínimo posible, lo cual se logra dividiendo la pastura en tantos potreros como se necesiten para que en el peor de los climas haya potreros descansados y suficientes para el pastoreo del día siguiente. Para este propósito lo más recomendado es garantizar que el ganado pueda encontrar en los potreros que hagamos una base forrajera, que en este caso sería el soporte de la dieta, es decir, debe ser lo más homogénea posible nutricionalmente hablando, y al mismo tiempo la más económica. Esto es, porque haciendo divisiones de potrero que respeten las Leyes Universales del Pastoreo, es prácticamente la única manera de disponer de forraje todo el año al más bajo costo posible. 2.- Una vez se tenga el costo del principal ingrediente de la dieta reducido al mínimo, puede pensarse en incluir en la alimentación el suplemento nutricional necesario para exprimir al máximo el potencial digestivo de sus animales a un costo racionalmente bajo. Este camino se logra sacando el análisis de laboratorio que nos indica cuántos nutrientes aporta el forraje, y con base en la cantidad exacta de nutrientes que se pueden garantizar a partir del forraje de cada potrero durante el pastoreo, se podrá formular un suplemento que contenga específicamente los elementos faltantes y en las cantidades que suplan el déficit, para cumplir un determinado reto productivo que sepamos que los animales de nuestra ganadería pueden darnos según su potencial genético. (Lea: Prácticas sencillas para aumentar la rentabilidad ganadera) Objetivos estratégicos del pastoreo racional con suplementación 1.- La unidad de medida o indicador de gestión que se pretende mejorar al implementar la primera estrategia, es la capacidad de carga del área pastoreable de su ganadería que podría ubicarse en el promedio nacional o por debajo del mismo, que se encuentra en 0,6 cabezas/Hectárea (para el caso de Colombia), y que se pretende aumentar de entrada a 2 animales por hectárea tan pronto como se ponga en marcha la redistribución de áreas de pastoreo con sus respectivas divisiones de potrero implementando la tecnología PRV. A largo plazo puede aumentar a unos 4 a 6 animales por hectárea, o más si se evoluciona a la tecnología SPRV (Silvo Pastoreo Racional Voisin). En la medida que se logra sostener una mayor carga animal por cada hectárea de tierra pastoreable, los costos fijos del negocio ganadero se diluyen en el mayor volumen de animales, logrando así minimizar el costo por kilo de carne o animal en pie, o litro de leche, que la ganadería produzca. 2.- Y al implementar la segunda estrategia se logra mejorar los índices de producción individual de los animales, que si hoy estuviesen por ejemplo en ganancias diarias de peso GDP de 400 gr. por cabeza, podríamos incrementarlas a 1000 gr. por cabeza o más; o si por ejemplo se produce una cría cada 500 días, podemos ir trabajando en metas de reducción del intervalo entre partos primero a 450 días, luego a 400 días y luego a 350 días. Si se trata de una lechería en la que el promedio de producción fuese de 5 litros/vaca/día, podríamos trabajar en metas de mejorar el desempeño de cada vaca progresivamente primero subiendo a 7 lts/vaca/día, luego podría ser a 9 o 10 lts/vaca/día hasta llevarlos a 12 lts/vaca/día (sin suplementación) y todavía puede ser mayor si adicionamos una suplementación estratégica. De esta forma estaremos cumpliendo con la mejora de la rentabilidad, ya que podemos tener individuos más productivos consiguiendo un máximo aprovechamiento de los forrajes como alimento básico, y retando su productividad mediante suplementación estratégica. (Lea: Balance nutricional del ganado, clave para rentabilidad del hato) Cabe hacer la observación de que para que la experiencia sea lo más positiva posible, el ganadero que haga la inversión en la primera estrategia, debe estar preparado para hacer muy pronto una inversión mucho mayor (casi siempre) que es la de comprar más ganado, porque tan solo tres a cuatro pastoreos después de haber puesto en marcha el manejo racional de pasturas (PRV), habrá una producción muy superior de forraje que le permitirá en casi todos los casos duplicar la carga animal a lo que venía manejando históricamente su ganadería (esto será en un plazo de aprox. 6 meses). Si el ganadero no se prepara para hacer la inversión en ganado (que repito, siempre es mucho mayor que lo invertido en adecuación de potreros), la estrategia se queda a la mitad de lo pretendido, y la sensación de que la estrategia no funcionó. *Javier Vanegas Jiménez, Zootecnista