Como recordó el MVZ mexicano Fernando Livas Calderón, en cualquier sistema de engorde se debe hacer un monitoreo continuo de la calidad nutricional de los materiales que se emplean para elaborar las raciones que integran la dieta de los animales.
El experto indicó que las dietas para el ganado deben contener los nutrimentos necesarios para satisfacer sus requerimientos nutricionales y así poder lograr el impacto deseado en las ganancias de peso.
Los requerimientos nutricionales más importantes en ganado de ceba son los que corresponden al consumo de materia seca, proteína, energía metabolizable, energía de mantenimiento y producción. (Lea: Los requerimientos nutricionales de un ternero de levante)
El consumo de materia seca (MS) en los novillos de engorde en corral puede variar entre el 3 % (los primeros 15 a 20 días) al 3,5% del peso vivo (de 21 días hasta la finalización). Para calcular el requerimiento de MS/animal/día, se debe considerar el peso promedio del lote.
Considerando que el lote de novillos de un corral tuviera un peso promedio de 300 kg, el consumo de MS se obtendría de la siguiente forma: peso promedio del lote por % de consumo de MS con base en peso vivo. En el siguiente caso, el consumo de sería de 9 kg/animal/día
Consumo materia seca (CMS)= 300 kg X 0,03= 9 kg en base seca
De acuerdo a este consumo y considerando que los novillos deben tener incrementos mínimos de peso/día de 1,7 kg, la dieta deberá estar integrada por un 85 % de concentrado y un 15 % de forraje, o sea 7,6 kg de concentrado y 1.4 kg de forraje.
Posteriormente, este resultado deberá transformarse en base húmeda para conocer la cantidad que tiene que ofrecerse en el comedero con la siguiente fórmula: kg de MS a consumir sobre porcentaje de MS del alimento concentrado.
Consumo base húmeda (CBH) = 9,0 / 0,80 = 11,25 kg en base húmeda
Para el anterior ejemplo, se consideró que el alimento concentrado contenía 80 % de materia seca. (Blog: Condiciones para el montaje de un proyecto de ceba de ganado de carnes)
En ese caso, el consumo de alimento total con base húmeda sería de 11,25 kg/animal/día, de los cuales el 85 % sería de concentrado y 15 % de forraje, o sea 9,56 kg del primero y 1,69 kg del segundo, que puede ser cualquier forraje henificado y seco.
Todos estos forrajes se utilizan exclusivamente como relleno para el rumen y provocan un efecto “amortiguador”, ayudando a retener más tiempo el alimento en el rumen e incrementando la digestibilidad de los nutrientes.
También es importante considerar, que en las engordas intensivas a medida que se exige un mayor incremento de peso, las relaciones de forraje y concentrado tendrán que modificarse substancialmente dándose énfasis al consumo del alimento concentrado.
El MVZ señaló que, en muchas ocasiones, los ganaderos hacen un uso inapropiado de los alimentos energéticos como granos de maíz, sorgo, entre otros, pues los utilizan en la etapa de finalización de dietas con menos del 50 % de grano, con bajo impacto sobre los parámetros de calidad de carne como marmoleo, suavidad y color.
Con relación al uso de proteínas, actualmente la nutrición de rumiantes ha tenido avances importantes como combinar en la ración fuentes de proteína de alta degradación ruminal como nitrógeno no proteico (urea) con proteínas by pass, contenida en ingredientes como la pasta de soya, harinolina, pasta de canola, pulido de arroz, entre otras.
La mayor eficiencia en la conversión alimenticia, consumo de alimento y ganancias de peso en novillos de ceba se obtienen utilizando el 60% de proteína degradable en el rumen y el 40% de proteína by pass. (Lea: Fundamentos de los requerimientos nutricionales de los vacunos)
Otro aspecto nutricional es el uso de minerales, siendo los principales fósforo, cobre, cobalto, azufre, zinc, selenio y manganeso. Los minerales están muy relacionados con la velocidad de degradabilidad de alimentos en el rumen, por lo que su disponibilidad deberá ser permanente.
En general, se recomienda administrar de 30 a 40 g de premezcla mineral por novillo al día, independientemente de la cantidad de minerales que contenga la ración alimenticia, sobre todo en aquellos animales en fincas con forrajes que presentan carencias de minerales.