La escasez de agua es uno de los asuntos más preocupantes para la ganadería colombiana en época de verano. La falta de líquido vital puede llevar a problemas productivos o incluso la muerte. Conozca cuáles son los grados para reaccionar antes de que sea muy tarde. Los rumiantes necesitan grandes cantidad de agua para tener un óptimo desarrollo. Si bien sus requerimientos varían de acuerdo a la actividad, la lactancia, la tasa de aumento de peso, estado de preñez, dieta y la temperatura ambiente, entre otros, generalmente deben consumir entre 8 y 10% de su peso en agua cuando son adultos. Esto quiere decir que un bovino para carne debe consumir entre 20 y 50 litros por día, que se elevan mucho más para una vaca lechera, la exigencia es mucho mayor. (Lea: Deshidratación en las vacas: causas y tratamientos) Si los animales no cuentan con el líquido suficiente pueden sufrir deshidratación, una enfermedad que puede ser mortal, especialmente en animales jóvenes o agotados, y puede promover problemas secundarios de salud en las reses como la acidosis e insuficiencia renal en stock. Cuando esto ocurre, hay unos criterios de evaluación que le permiten detectar el grado de deshidratación en bovinos, desde ligera hasta fatal. (Lea: Los efectos de la radiación solar en las explotaciones ganaderas) En el primer nivel, que corresponde a una deshidratación alcanza el 5%, se observan síntomas como diarrea, mucosas calientes, oliguria (disminución en la producción de orina) y el nivel de hematocritos se ubica entre 37 y 42%. Se debe tratar con una rehidratación oral de 20-25 ml por cada kilo del animal. Se considera deshidratación moderada entre 6 y 8%. En este punto, se pueden ver los ojos hundidos, un pliegue persistente de la piel entre 2 y 4 segundos, una oliguria marcada, depresión y nivel de hematocritos aumenta de 42 a 50%. Para recuperar al animal, se emplea una rehidratación oral de 30 a 50 ml/kg. Entre 8 y 10%, la deshidratación pasa a severa. Los ojos están aún más hundidos, el pliegue cutáneo persiste por 6 a 10 segundos, las mucosas son secas y pegajosas, hay depresión, anorexia y anuria (mucha menor excreción de orina). Este caso exige rehidratación por vía intravenosa y oral de 50 a 80 ml/kg. (Lea: ¿Cómo funciona la fluidoterapia en bovinos?) Si alcanza el 10 o 12%, se denomina muy severa. Los ojos quedan enfosados y la córnea seca, el pliegue de la piel persiste hasta por 45 segundos, las mucosas son secas, la anuria es mucho mayor y las vacas ya no se levantan. La recomendación es rehidratar por vía intravenosa y subcutánea. Si supera el 12%, ya se trata de una deshidratación fatal que conlleva al coma y finalmente, la muerte. (Lea: Suplementos líquidos y probióticos, esto es lo que usted debe saber) En todos los casos se aconseja el suministro de diferentes compuestos líquidos, dependiendo de la condición del animal y de sus necesidades, evaluadas por el médico veterinario. En general, los rumiantes pierden grandes cantidades de sodio y potasio, por lo cual se debe suplir la ausencia de estos elementos. En casos leves, usted puede recurrir a la rehidratación por vía oral, pero si se tornan graves, lo más prudente es consultar con el médico veterinario.