Los factores que afectan el consumo voluntario de los rumiantes incluyen aquellos inherentes al animal, como los mecanismos del control de consumo y las interrelaciones entre sistema nerviosos central y digestivo, así como las características del alimento y las condiciones del medio ambiente.
El profesor Omar Araujo-Febres explicó en un artículo que “la presencia del alimento en el tracto digestivo estimula a una amplia gama de receptores –mecánicos, químicos y de temperatura– y esa información es enviada al sistema nervioso central”.
Factores inherentes al animal
Sistema nervioso central (SNC)
La ingestión de alimentos por el animal está controlada por mecanismos fisiológicos que llevan al animal a iniciar y a finalizar el consumo de acuerdo a las necesidades y requerimientos de su estado fisiológico. Este aspecto multifactorial es controlado por el hipotálamo.
El hipotálamo es un área del cerebro clásicamente asociada con el consumo de alimentos; cuando se estimula eléctricamente su área lateral, se da inicio al consumo de alimentos, pero si es destruido, se produce afagia. Por esta razón se le denomina centro del hambre.
Neuropéptidos
Los péptidos están involucrados en la interfase entre el regulador del balance de energía y el control del consumo alimenticio la endorfina, la dinorfina y la metencefalina estimulan el consumo. (Lea: Los diversos efectos de las grasas en la alimentación del ganado de ceba)
Hormonas
Hormonas como la leptina, la insulina, la adrenocorticotrópica (ACTH), las esteroideas, la grelina y la del crecimiento también están involucradas en la estimulación del consumo a corto plazo, regulando también a través de diferentes mecanismos la ingestión del alimento.
Ácidos grasos volátiles (AGV)
Cuando los AGV alcanzan altos niveles en el fluido ruminal se inhibe la motilidad retículo-ruminal. El acético y el propiónico afectan el pH y la presión osmótica, que a su vez afectan la motilidad ruminal. Cuando el pH ruminal baja a alrededor de 5,0, el rumen se paraliza.
Estado fisiológico del animal
“La situación en los rumiantes es bien compleja, porque en ellos debe considerarse el balance de nutrientes a dos niveles: en el rumen, para maximizar la tasa de crecimiento microbiano; y los absorbidos por el animal en función de sus requerimientos”, explicó el autor.
Crecimiento: durante la etapa del crecimiento, el animal va cambiando su consumo para ajustarlo a sus requerimientos. Durante este periodo el animal presenta un consumo mayor de alimentos por unidad de peso metabólico que un adulto no lactante.
En los becerros se ha observado que el consumo sube de forma proporcional a la digestibilidad del alimento. El crecimiento compensatorio que ocurre cuando hay periodos de abundancia de alimento luego de la escasez depende del aumento en el consumo voluntario.
Gestación: la gestación produce un aumento sustancial del apetito por los requerimientos de energía para el desarrollo del feto. El consumo voluntario declina en las vacas en el último mes de gestación, que pasan menos tiempo comiendo que las que empiezan o están vacías.
Lactación: la vaca alcanza su tamaño físico maduro a los 6 - 7 años de edad; si la nutrición es adecuada, continúa creciendo durante las primeras 2 ó 3 lactaciones. Como el animal aumenta de tamaño, también aumenta su capacidad de ingestión.
Después del parto, la producción de leche incrementa rápidamente hasta alcanzar el pico de producción entre los 35 - 50 días. Durante este periodo el gasto de energía es mayor; el consumo aumenta pero a menor ritmo en términos de energía.
Hacia el final de la lactación cuando la producción de leche comienza a declinar, el apetito se mantiene alto, y la vaca comienza a recuperar peso. (Lea: Otros aspectos sobre el crecimiento y desarrollo del aparato digestivo de los rumiantes)
Raza: Incluye factores intrínsecos como tamaño, habilidad para producir o crecer y tasa metabólica. El ganado cebú requiere menores cantidades de glucosa en la fase de crecimiento y tiene mayor habilidad para conservar nitrógeno (N) ureico sin requerir N alimenticio.
También se ha observado que el ganado cebú y sus cruces tienen un mayor consumo voluntario de forrajes que las razas europeas, debido a una tasa de fermentación que le permite al ganado índico utilizar mejor los forrajes toscos y pobres en condiciones tropicales.
Las vacas holstein consumen más MS (sobre un 22 %) que las vacas jersey. Dentro de una raza, el consumo está más estrechamente relacionado a la edad que al peso corporal, y es poco probable que cualquier factor individualmente controle el consumo.
Condición corporal: las vacas gordas consumen menos que las flacas, y esto es de origen físico y fisiológico. La cantidad de grasa corporal puede influir el consumo reduciendo la capacidad. (Lea: 3 tipos de sistemas de comederos para ganado, sus ventajas y desventajas)
Factores inherentes a la dieta
Los rumiantes deben almacenar los alimentos por varias horas para permitir la fermentación microbiana; este almacenaje es una limitante a la capacidad física y potencialmente una limitante al consumo. Las plantas afectan el llenado y vaciado del rumen.
Esto depende de las siguiente características: solubilidad; fracción insoluble pero fermentable; tasa constante de fermentación y tasa a la cual las partículas largas son reducidas. En cuanto al animal, depende de la remoción de partículas pequeñas y el volumen del rumen.
Energía: el animal debe poseer un mecanismo que regule el consumo en función del balance energético. Si una vaca es de baja producción y el pasto es de buena calidad, abundante y se permite al animal hacer selección, es probable que se exprese el potencial del animal.
En cambio, cuando los animales reciben alimentos de baja calidad (digestibilidad) en los cuales no existen desequilibrios nutricionales, la distensión ruminal y la fatiga son probablemente los mayores estímulos que interaccionan para reducir el consumo.
Al añadir concentrado para completar los requerimientos del animal, el consumo total de MS se reduce y la digestibilidad se eleva, con lo cual aumenta la producción. Así pues, el animal ajusta su consumo voluntario en relación a su demanda fisiológica más que al llenado del rumen.
En animales a pastoreo, la principal fuente de energía metabolizable son los AGV provenientes de la fermentación ruminal, pero el estrés térmico reduce la cantidad de AGV producidos en el rumen. (Lea: Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 ayudan en la reproducción bovina)
Proteína: El consumo normalmente se ve disminuido con dietas de baja concentración proteica. En los rumiantes el nivel crítico de N es más bajo que en otros animales debido a que ellos pueden reciclarlo a través de la saliva en forma de urea.
Esto también incluye factores como el agua, pues los animales son más sensibles a la falta de agua que de alimentos; la fibra detergente neutro, las vitaminas, los minerales, la palatabilidad y la forma física de la dieta, referente al tamaño de la partícula y la estructura del pasto.
Factores ambientales
Temperatura: Cuando la temperatura ambiental está cerca o por encima del nivel crítico superior, comienza una reducción en el consumo. El consumo de MS se reduce cuando se exceden los 26 ºC, lo que disminuye el calor generado por la fermentación ruminal.
Humedad relativa: También están muy interrelacionados y afectan el consumo de alimentos la velocidad del viento, la humedad relativa y la radiación. Cuanto más cargada de humedad esté la atmósfera, más difícilmente se producirá la evaporación del cuerpo de los animales.
Finalmente podríamos señalar que el consumo alimenticio tiende a ser alto en los animales que demandan una mayor cantidad de nutrientes: a. animales en crecimiento, b. hembras gestantes, c. hembras lactantes y d. animales que trabajan fuertemente.