Los ganaderos están acostumbrados a prácticas tradicionales a la hora de sembrar pastos que podrían ser nocivas para el suelo, por lo que CONtexto ganadero presenta cuáles son los errores más comunes en este proceso y cuál es la mejor forma de hacerlo. Camilo Peña, médico veterinario zootecnista de la U. de Córdoba y especialista del Instituto de Reproducción Animal de Córdoba (Argentina), señaló en primer lugar cuáles son los errores más comunes en el establecimiento de praderas. “Uno de ellos es la forma de sembrar la semilla del pasto, cuando se hace sin ningún tipo de protección, que la hace susceptible a plagas como hormigas, grillos o incluso los pájaros”, indicó. (Lea: Aprenda sobre establecimiento de praderas y producción de carne) Peña anotó que este error inicial se evidencia al final del ejercicio de siembra. Una vez el pasto empieza su etapa de crecimiento, se comienzan a ver parches en la pradera, focos donde no nació la planta. Un segundo error que cometen los ganaderos ocurre cuando deciden probar y utilizan una cantidad menor a la recomendada de semilla por hectárea, lo que también puede acarrear menos brotes de forraje. “Normalmente, estas semillas vienen para 10 kilos por hectárea, y a veces hemos intentado hacerlo con 7 o con 8, y los resultados no son iguales”, precisó. (Lea: Recomendaciones a la hora de cambiar de especie de pasto) En cambio, el médico veterinario señaló que como aciertos un correcto trabajo de la tierra y lo explicó con el ejemplo de su finca, Hacienda Las Perlas: “Nosotros hacemos una labranza mínima, es una tierra que es ondulada por lo que no puede entrar el tractor. Entonces aplicamos glifosato y limpiamos algunas malezas, incluso pastos como la colosuana, que en veranos se pierde”. De otro lado, Fedegán publicó un manual de capacitación a profesionales en establecimiento y manejo de praderas donde explicó algunas pautas para el procedimiento adecuado, que debe ir enmarcado en un plan general de mejoramiento del predio. Así pues, el éxito de una pradera depende en primer lugar de la correcta elección de las especies forrajeras de acuerdo con la zona y la región donde se van a establecer. (Reportaje: Rotación de potreros, herramienta para incrementar la producción) “Las especies escogidas deben tener ciertos atributos como son: Ser adaptadas, rendidoras, nutritivas, competitivas, persistentes, de fácil manejo y requerimiento de bajos insumos”, reza el manual. Como el objetivo es generar la mayor cantidad de biomasa con alto valor nutritivo, el establecimiento se debe realizar al inicio de la época de lluvias para asegurar los requerimientos de humedad. Si usted cuenta con riego, puede hacerlo en cualquier momento del año. “El éxito del establecimiento está dado por el alto porcentaje de germinación de la semilla y esto ocurre cuando la humedad del suelo es adecuada y el vigor germinativo del material genético sembrado está garantizado por el uso de semilla certificada, clasificada y seleccionada”, concluye el texto.