Con el fin de brindar a los bovinos un ambiente más cómodo en las instalaciones, se han desarrollado otro tipo de materiales más flexibles para suelos que proporcionan alivio a los animales, como la goma, o que ofrecen mayor estabilidad, como el emparrillado.
Antonio Callejo Ramos en el artículo “Tipos de suelos en las instalaciones de vacuno lechero” explicó que las alfombras de goma tienen un efecto positivo sobre las vacas, que lo manifiestan a través de su comportamiento.
Por ejemplo, cuando se siente seguras se colocan en posiciones inestables, con una pata posterior levantada y la pata delantera en diagonal. (Lea: ¿Cómo determinar cuándo una vaca está sufriendo de cojera y qué tan grave es?)
Las alfombras de goma colocadas en la sala de espera y sala de ordeño estimulan en el ganado una adecuada secreción de oxitocina y no de adrenalina. También se ha observado que defecan menos y tiran menos pezoneras.
Según la Iniciativa Dairyland de la Universidad de Wisconsin-Madison, “cuando los animales deambulan sobre el hule se ha mostrado que no resbalan, toman pasos más largos e incrementan su velocidad de paso”.
Por este motivo, sostienen que es usado para facilitar el movimiento de las vacas entre los corrales y el centro de ordeño, obteniendo dos beneficios: reducir el desgaste de las pezuñas (lo que disminuye el número de cojeras) y concusiones.
De otra parte, Callejo Ramos indicó que los materiales con los que se fabrican estas alfombras de goma deben facilitar el confort y bienestar de las vacas, al tiempo que deben ser capaces de resistir muchos factores ambientales de las instalaciones.
Los pisos deben tener grosor y composición adecuados para ofrecer alivio de un sustrato más duro situado por debajo y, al mismo tiempo, brindar seguridad para que las vacas puedan apoyar bien, así como resistir la compresión, tensión y fuerza de desgaste de las vacas, equipos y variaciones térmicas.
Algunos estudios concluyen que con el paso del tiempo (1 a 4 años), los problemas de cojera pueden incrementarse por el menor desgaste de la pezuña, que cuando se lesiona sobre un suelo de goma tarda más tiempo en curarse.
En cambio, hay otros que señalan una menor incidencia de cojeras en estas superficies. En todo caso, todas las experiencias realizadas coinciden en que los suelos de goma se siente más confortables.
Suelos emparrillados
En algunos países son muy numerosas las granjas donde los pasillos de circulación y/o los de alimentación consisten en emparrillados a través de los cuales pasan las deyecciones para caer en fosos situados debajo.
Como lo indicó el ingeniero agrónomo autor del artículo, este tipo de suelo presenta diversas ventajas: (Lea: 5 acciones para lograr la buena salud de las pezuñas en ganado bovino)
- Proporciona a la vaca una superficie generalmente más seca.
- No se requiere entrar para limpiar el pasillo.
- No se requieren medios mecánicos para la retirada de las deyecciones.
- Las vacas suelen estar más limpias, incluso aunque se tumben en los pasillos.
- Hay menos suciedad en los cubículos.
- Las deyecciones pueden almacenarse bajo el emparrillado, ahorrando espacio en el exterior.
Pero también presentan ciertos inconvenientes:
- Las vacas suelen caminar con menos confianza y seguridad.
- Si el estiércol se acumula sobre el emparrillado, las vacas caminarán con dificultad.
- La acumulación de estiércol bajo el emparrillado genera gases y olores.
- La construcción de los fosos y los emparrillados son costosos.
- Si hay que levantar una vaca caída, el emparrillado no suele soportar el peso de un tractor.
A pesar de las ventajas, Callejo manifestó que no es “en absoluto entusiasta” de este sistema, porque la comodidad que aporta en el manejo de deyecciones no compensa la mala calidad del aire de estos establos, pues los fosos se convierten en focos de emisión de gases nocivos en el interior del alojamiento.
Otras alternativas
En algunas zonas de la granja lechera hay una fuerte interacción cuidador-vaca, lo cual puede ser aceptado o, al menos, tolerado por el animal dependiendo de diversos factores, como los andenes o mangas donde se restringe el movimiento de los bovinos.
En estos espacios, el experto anotó que se pueden preparar suelos de forma similar a los que se utilizan en la industria alimentaria, para minimizar el riesgo de resbalones. (Lea: ¿Cómo se afecta la productividad en ganaderías de carne por cojeras?)
Esta superficie es útil para proteger el hormigón de la acción erosiva de los ácidos de las deyecciones y de la leche así como en puntos clave de las instalaciones donde el riesgo de resbalones es mayor, como alrededor de los bebederos o a la entrada de la sala de ordeño.