Las indigestiones primarias, así como las secundarias originadas por enfermedades sistemáticas provocan cambios en la composición y fermentación del contenido ruminal, fácilmente observables en el análisis del líquido ruminal como se explica en una investigación realizada por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Timpanismo por gas libre y espumoso: Este puede ocurrir por dos motivos:

1. Que no se puedan evacuar los gases que se producen por la fermentación microbiana ruminal, principalmente metano y dióxido de carbono y la neutralización del bicarbonato de la saliva, como por ejemplo en la obstrucción del esófago por cuerpos extraño. (Lea: Timpanismo, un trastorno digestivo de cuidado en sus reses )

2. Como signo de desorden fermentativo microbiano. Así, en la hipomotilidad ruminal, la tasa de fermentación disminuye y las contracciones ruminales débiles son incapaces de mover la capa gaseosa de los cardias imposibilitando el eructo.

Reticulitis: El proceso inflamatorio del reticulorrumen más común es la retículo – peritonitis traumática. La inflamación localizada provoca dolor en la región anterior del abdomen inhibiendo la motilidad de los pre-estómagos, el apetito y el progreso de la ingesta por el tubo digestivo.

También la inflamación del rumen se produce tras el daño químico o mecánico sobre la mucosa, como ocurre tras la acidosis ruminal ayuda en la sobrecarga de grano. Los microorganismos más comúnmente involucrados en estos fenómenos son Actinomyces pyogenes, fusobacterum necrophorum y otras especies micóticas.

Paraqueratosis ruminal: El crecimiento y deformación de las papilas ruminales se produce como consecuencia de la persistencia de una alta concentración de ácidos grasos volátiles en el rumne, principalmente por el butirato, como ocurre con raciones muy finas y peletizadas y ricas en energía.

Estas raciones incrementan la proporción de propionato y butirato y disminuyen la del acetato, generado por la fermentación microbiana, lo que acidifica el pH del líquido ruminal. (Lea: Aprenda a identificar y tratar la paraqueratosis bovina)

Inactividad de la flora ruminal: Se produce básicamente por anorexia prolongada o por la ingestión de forraje de poca calidad, principalmente muy fibroso, deficiente en proteínas y en carbohidratos fácilmente digerible.

La acumulación del forraje en el rumen provoca la dilatación del abdomen, como curre también en la indigestión vagal. Esta distensión explica que el nombre de barriga de heno, es otro nombre que se le da a esta enfermedad. La hipomotilidad ruminal altera la estratificación normal del contenido ruminal y el componente fibroso se mezcla con el líquido y se compacta centralmente en el saco ventral del rumen.

Indigestión simple: Es la manifestación más común, y de menor gravedad, que se produce tras un cambio brusco de la dieta. El cambio de alimentación provoca un cambio en el pH del líquido ruminal, hacia la acidosis o hacia la alcalosis dependiendo del alimento ingerido. En muchas ocasiones vemos signos de inactividad de la flora ruminal, como una elevación significativa en el tiempo de reducción del azul de metileno.

Acidosis ruminal aguda: Es el desorden fermentativo más grave de la microflora ruminal y en muchas ocasiones resulta letal en menos de 24 horas, por lo que es la enfermedad que más atención ha recibido por parte de los investigadores.

Tras la ingestión de una dieta rica en carbohidratos fácilmente fermentables se produce ácido láctico y disminuye el pH hasta niveles francamente ácidos. Se considera que los valores inferiores de 5.0 – 5.5 son anormales y susceptibles de diagnóstico de acidosis ruminal aguda.

Putrefacción ruminal: Este fenómeno ocurre cuando la descomposición por putrefacción sustituye a los procesos fermentativos normales de la digestión microbiana ruminal. Esta enfermedad nosológica se diagnostica más frecuentemente en los animales jóvenes antes del destete cuando se fuerza la conversión del pre-rumiante en rumiante verdadero, por lo que también se le conoce como ‘disfunción de la gotera esofágica o bebedores ruminales.

En animales adultos, el aporte de dietas ricas en proteínas promueve la proliferación de las bacterias proteolíticas, que provocan una elevación rápida del pH del líquido ruminal y el desarrollo de las bacterias de la putrefacción.
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