CONtexto ganadero entrevistó al experto mexicano Fernando Castillo sobre la incidencia de este problema en la productividad de vacas lecheras, que puede ser mayor o menor dependiendo del nivel de gravedad de la cojera según el score de locomoción.   El experto habló sobre la importancia de identificar y corregir los problemas en pezuñas por el efecto que tienen en el bienestar animal y en el rendimiento productivo de la hembra bovina. (Lea: ¿Cómo se presenta la dermatitis interdigital en bovinos?)   De acuerdo con Castillo, la preocupación por aliviar las cojeras es vigente en todos los países, tanto en Colombia como en México, donde lo único que cambia es el origen del problema y una que otra lesión.   “La única variante sería una (lesión) infecciosa que se llama dermatitis digital, que por su sistema en pastoreo es probable que no la tengan. Pero hay gabarros, úlceras, líneas blancas, abscesos, doble suelas, son las mismas”, precisó.   En efecto, las lesiones podales se dividen en infecciosas y no infecciosas, estas últimas provocadas por causas mecánicas o metabólicas, generadas por la interrupción y formación del cuerno. Así pues, se modifica la circulación sanguínea lo que produce una degradación del colágeno.   Al respecto, el especialista explicó el programa en el cual trabaja y que está centrado en bienestar animal para resolver este tipo de dolencias y, al mismo tiempo, contribuir con el desarrollo económico de los productores. (Lea: Seis preguntas para mantener las pezuñas en buen estado)   “Tratamos de cerrar un círculo, sobre todo con base en una correcta formulación de la nutrición, porque la dureza de la pezuña, la piel, los tejidos se debe a la alimentación animal. Se evalúan las instalaciones, se monitorean pisos, con el fin de ver algún efecto mecánico, y lo más importante, que la gente debe aprender a diagnosticar y tratar las afecciones”, dijo.   En efecto, el diagnóstico es esencial, por lo cual el experto se detiene a explicar el score de locomoción, una herramienta que permite evaluar la gravedad de una cojera con base en la línea dorsal y los movimientos de la vaca cuando camina.   Así pues, se trata de una escala de 1 a 5, donde 1 es normal y 5 es una cojera severa. En cada una de estas etapas, hay una mayor o menor disminución en la productividad, que depende del estado del animal. (Lea: Pezuña de tirabuzón y otras lesiones en la pared del pie bovino)   El grado 2 es una cojera en la que el lomo se arquea levemente, el 3 es una cojera moderada donde la espalda se arquea incluso si el bovino está quieto, el 4 evidencia una cojera notable, y el 5 se considera como severa y le cuesta mantenerse de pie.   En un sistema estabulado, una vaca en grado 2 puede dejar de ofrecer hasta 2% de la producción de leche. Con grado 3, se eleva al 4%, mientras que en el nivel 4 ya hay pérdida de 9%, y finalmente en el 5 se observan una reducción de 15%. En pastoreo, estos porcentajes serían de 1, 8, 11 y 34%.   En este sentido, una vaca que ofrece 20 litros diarios, podría bajar a 18 o 13 litros si está en niveles 4 o 5, con lo cual usted dejaría de recibir entre $2.000 y $7.000 por cada vaca con cojera manifiesta o severa. En un hato de 20 vacas, usted perdería entre $40 y $140 mil por día.   Según Castillo, los expertos aconsejan que usted procure tener al menos el 75% de sus animales en grado 1, el 15% en grado 2, el 9% en grado 3 y apenas el 1% en grados 4 y 5.   “Las cojeras tienen un impacto importante y que, tal vez, no lo puedas percibir individualmente a menos que el animal esté muy afectado. Pero cuando hay muchas calificaciones de 2 y 3, eso incide directamente en la rentabilidad”, aseguró.