El uso de especies arbustivas influye en la reducción de la producción de metano en los sistemas productivos de rumiantes, señaló el investigador master Juan Leonardo Cardona, asociado al Centro de Investigación Obonuco de la Corporación colombiana de investigación agropecuaria Agrosavia.
En América Latina cerca del 70 % de los suelos en los sistemas ganaderos se encuentran degradados, esto debido a prácticas de manejo inadecuadas; y al cual se le suman las afectaciones asociadas a los eventos del cambio climático que vivimos hoy día, por ejemplo, fuertes sequias o intensas heladas a lo largo del año, lo que conlleva a que el alimento base de los rumiantes; el forraje, se vea disminuido en cantidad y calidad.
Según el investigador la alimentación de los rumiantes es fundamental ya que aspectos como el consumo de materia seca (CMS) y la ingestión de nutrientes, son la base para mejorar la productividad animal. No obstante, en Colombia los bajos índices productivos dan, por ejemplo, 0,5 animales/ha, tasas de natalidad del 50 %, bajas ganancias de peso y lactancias de 800 litros, o menos para el trópico bajo de la región. Estas condiciones han sido la consecuencia de una escasa diversificación en el manejo de la alimentación, la cual se basa principalmente en gramíneas poco mejoradas bajo monocultivos y grandes extensiones de tierra para el pastoreo. (Lea: Conozca los ensayos a nivel mundial para eliminar el metano en ganaderías)
Añade que la correcta y balanceada alimentación es el pilar fundamental para maximizar la producción de carne y leche, también juega un papel importante en la medida en que se relaciona con la intensidad de la emisión de gases de efecto invernadero como el metano (CH4) por parte de los rumiantes.
El metano es un gas de efecto invernadero con potencial de calentamiento 23 veces mayor al dióxido de carbono (CO2), el cual ha aumentado su concentración en la atmosfera en los últimos años. En Colombia, un 26,4 % del metano producido en el sector agropecuario proviene de la fermentación entérica (producción en el rumen), y hasta el momento no han sido eficientes las estrategias para mitigar su emisión.
El metano, además de ser un causante del calentamiento global, representa una pérdida energética para los rumiantes, que equivale hasta el 12 % de la energía total contenida en la dieta, esto significa que esta fracción de energía se sintetiza en metano y no en productos como la leche o la carne.
Ante esta situación, el ganadero puede hacer cambios en los sistemas de alimentación que conlleven al mejoramiento de la calidad nutricional de la dieta y reduzcan la producción de metano. (Lea: 3 acciones a tener en cuenta para evitar producir metano)
Como alternativa, se presenta una estrategia de manejo, que consiste en incorporar el uso de especies forrajeras arbustivas perennes y arbóreas en diseños silvopastoriles (SSP). Adicionalmente, se ha demostrado que la adopción de SSP conlleva a la mejora de aspectos como la selectividad, el consumo de materia seca (CMS), el balance ruminal (proteína-energía), en donde toda la sinergia entre los animales y el componente arbustivo y arbóreo del sistema favorece el bienestar animal, la eficiencia productiva y la disminución de gases de efecto invernadero como el metano.
Cuando se incluyen arbustivas forrajeras y arbóreas para consumo animal, como por ejemplo el botón de oro, el sauco, la morera, la leucaena, el guácimo, el quiebrabarrigo, o el matarratón, entre otros, se puede esperar una mejora en la calidad nutricional de la dieta, con un aumento en parámetros como lo son la digestibilidad de la materia seca y los aportes significativos de nutrientes como por ejemplo la proteína, carbohidratos solubles (azucares), minerales y metabolitos secundarios como taninos y saponinas.
Un factor que contribuye a incrementar la producción de metano en el rumen es la alimentación con forrajes de baja calidad, es decir, que presentan altos niveles de fibra (alta lignina), y bajos carbohidratos solubles. Esto ocurre porque en el rumen la fermentación de materiales fibrosos promueve la producción de acetato, un producto de la fermentación ruminal, el cual libera al medio gran cantidad de hidrógenos (H), los cuales son captados por un grupo de bacterias del tipo Archea encargados de sintetizar metano, a partir especialmente del hidrogeno. (Lea: La dieta para el ganado que reduce emisiones de metano)
Por esta razón, cuando se ofrece a los rumiantes pastos lignificados y de mala calidad se promueve la producción de metano, el cual será expulsado sobre todo a través de eructos. Un bovino adulto puede producir al día entre 300 y 600 litros de metano, dependiendo de su edad, peso, raza y sobre todo tipo de alimentación.
Por otra parte, cuando se alimenta a los animales con dietas que promuevan una mayor digestibilidad, es decir, incorporando, por ejemplo, forrajeras arbustivas, a nivel ruminal se tendrá una mejor fermentación debido a que el balance entre los carbohidratos solubles y la proteína que aportan estas forrajeras conducirá a que se produzcan en rumen productos como el propionato, el cual es un capturador de hidrógenos, por lo cual las bacterias metanogénicas tendrán menos sustrato para sintetizar metano.
Por otro lado, especies forrajeras y arbustivas que aporten metabolitos secundarios como taninos o saponinas, los cuales son compuestos que sirven de defensa a la planta, al ser consumidos por los animales, disminuye la población de bacterias metanogénicas (tipo Archea). En estudios in vitro se reporta una disminución hasta del 50 % en la producción de metano, al incluir en las dietas especies como el botón de oro, la leucaena, o arbóreas como el jaboncillo o el orejero (piñón de oreja); y en estudios in vivo con bovinos, se reportan disminuciones entre el 15 % y el 35 %.
Adicionalmente, la disminución en la producción de metano se debe a un mejor aporte de nutrientes a la dieta de los animales, como también al efecto de los metabolitos secundarios sobre las bacterias metanogénicas. Es de aclarar que el éxito para establecer sistemas de alimentación con el uso de especies forrajeras arbustivas y arbóreas en la alimentación de rumiantes, depende del conocimiento que se tenga de las especies, su nivel de inclusión, edad de cosecha y forma de uso.
Una buena nutrición del ganado es fundamental para mejorar los parámetros productivos y económicos de la finca, la cual adicionalmente contribuye a mitigar el cambio climático y sus efectos adversos sobre el sector agropecuario. La clave está en disminuir la huella de carbono, es decir, la proporción de metano que se produce por cada kilogramo de leche o carne generada en la finca.